Aunque a menudo es leve, en algunos casos repercute de manera importante en la vida cotidiana de las personas con esclerosis múltiple, ya que puede afectar a la seguridad al tragar alimentos y líquidos, y a la vez repercutir negativamente en la hidratación y la nutrición.
La detección precoz es fundamental, puesto que la aplicación de pautas y el cambio de hábitos pueden ayudar a solucionar el problema. Los ejercicios y otras intervenciones, practicados con regularidad, pueden mejorar la función deglutoria.
Por lo tanto, hay que estar atento a los cambios que puedan producirse en relación con la deglución. Los siguientes signos y síntomas, que pueden presentarse tanto de forma leve como grave, pueden indicar la aparición de la disfagia:
- Toser o ahogarse durante o después de comer.
- Necesidad de aclararse la garganta durante o después de beber o comer.
- Cambios en la calidad de la voz después de tragar.
- Dificultades para manejar la mucosidad en la garganta.
- Necesidad de cambiar de hábitos alimentarios, como optar por otras texturas en los alimentos o modificar el tamaño de los sorbos o de los bocados.
- Aumento del tiempo de duración del acto de comer.
- Perder peso de manera inexplicable.
- Episodios de fiebre o infecciones respiratorias sin motivo aparente.
La disfagia se trata de manera interdisciplinar. Es importante consultar a un especialista en deglución (logopeda, médico, enfermero, entre otros) para tratar estos problemas.
Los siguientes consejos generales pueden ser de utilidad para mejorar la seguridad y la eficacia de la deglución en muchos casos, pero siempre se debería consultar a un especialista si se piensa que se padece este problema:
- Estar relajado y concentrado a la hora de comer.
- Mantener una postura correcta para comer: sentarse lo más derecho posible, con los pies bien apoyados en el suelo.
- Flexionar ligeramente la cabeza hacia adelante en el momento de tragar. Si existen problemas para tragar la saliva, recuerda que se debe descansar siempre la barbilla relativamente cerca del pecho.
- No respirar en el momento de tragar. Las personas detienen la respiración automáticamente cuando tragan algún alimento o líquido, pero es importante recordarlo. Por eso, no podemos hablar, reír o llorar mientras tragamos, ya que esto puede generar complicaciones para ingerir los alimentos. Es recomendable que las personas que acompañen al afectado sean conscientes de este hecho y, por tanto, no le den conversación mientras come.
- Tomar bocados pequeños, masticar de manera correcta y tranquila, y no llevarse a la boca otro alimento hasta no haberse tragado del todo el anterior. En algunos casos, la persona afectada puede necesitar que alguien le recuerde cómo seguir correctamente estos pasos.
- Ser conscientes de que los líquidos finos (como el agua), algunos alimentos que mezclan sólido y líquido (como la sopa de pasta o la naranja) y los sólidos secos (como un bistec) o muy pastosos (como una croqueta) son, a veces, los más difíciles de tragar. Se tendrá que adaptar su ingesta o incluso evitarla. Se recomienda consultar a un especialista si tenemos dificultades en estos casos.
- Después de comer, es aconsejable sentarse en una posición recta durante 30 o 45 minutos.
Fuentes de información:
Problemas de deglución. MedlinePlus, 2012 [acceso: 5 de abril de 2013]. Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/…
De Paw A, et al. Dysphagia in multiple sclerosis. Clinical Neurology and Neurosurgery. 2002; 104: 345-351.
Prosiegel M, et al. Dysphagia and Multiple Sclerosis. The International MS Journal. 2004 [acceso: 5 de abril de 2013]; 11: 22-31. Disponible en: http://www.msforum.net/journal/download/20041122.pdf
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