Problemas de deglución y esclerosis múltiple: cómo combatirlos

Las personas con esclerosis múltiple pueden tener problemas para tragar los alimentos o bebidas y esto puede derivar en dificultades en el habla. Sin embargo, existen algunas técnicas para reducir los efectos de esta problemática y mejorar la calidad de vida.

Algunos estudios apuntan que hasta un tercio de las personas con esclerosis múltiple experimentan algún tipo de problema de deglución o disfagia. Aunque se trata de un síntoma que acostumbra a aparecer a medida que la EM avanza, también puede producirse en estadios más tempranos.

Estas dificultades se deben a la afectación que la EM puede tener sobre los nervios y los músculos y puede repercutir en la capacidad de habla de las personas. Por ello, es importante considerar todas las afectaciones posibles y emprender los tratamientos necesarios para garantizar el bienestar de las personas con esclerosis múltiple.

 

Qué es la disfagia y cuál es su relación con la esclerosis múltiple

La dificultad para tragar bebidas y comida también se conoce como disfagia y es uno de los posibles síntomas de la esclerosis múltiple. Esta problemática se da cuando los músculos de la garganta y la boca no funcionan de forma coordinada para poder llevar a cabo las acciones de deglución y masticación.

En el caso de la esclerosis múltiple, sus efectos pueden dañar los nervios que controlan estos músculos y causar debilidad. Además, puede entumecer la zona de la boca y la garganta y todo ello puede contribuir a la disfagia agravando los problemas de deglución.

Qué problemas de deglución puede provocar la EM

La esclerosis múltiple puede afectar a la masticación y deglución de distintas formas según cada persona. Las principales afectaciones que puede desencadenar son:

  • Dificultad para masticar los alimentos sólidos y controlar los líquidos en la boca.
  • Atasco de comida o sensación de atasco en la garganta al comer o beber.
  • Despeje frecuente de la garganta a la hora de tragar.
  • Dificultad para controlar la saliva.
  • Episodios de tos, atragantamiento o sensación de atragantamiento.

Estas problemáticas no solo afectan a la seguridad a la hora de comer y beber, sino también el disfrute de las comidas de las personas con EM. Por eso, es importante identificarlas desde el principio y, si persisten en el tiempo, tomar medidas y consultar con el profesional médico de referencia.

La dificultad para tragar bebidas y comida también se conoce como disfagia y es uno de los posibles síntomas de la esclerosis múltiple.

Tratamientos para los problemas de deglución

Habitualmente, la disfagia se diagnostica a través de un examen neurológico que analiza los músculos, la lengua y la historia médica de cada persona. Una vez diagnosticada esta dificultad, se puede establecer cuál es el mejor tratamiento para hacerle frente puesto que variará según la problemática concreta de cada uno.

Normalmente, los profesionales encargados de tratar los problemas de deglución son los logopedas o los terapeutas del habla y lenguaje. En cuanto al tratamiento, acostumbra a basarse en estrategias para comer y tragar de forma segura, hacer cambios en la alimentación y realizar ejercicios que estimulen y mejoren la deglución.

Además, este tipo de terapeutas pueden indicar cuál es la mejor postura para favorecer una deglución y masticación correcta, así como la consistencia de los alimentos y el entorno alimentario adecuados. Otras acciones que se llevan a cabo para tratar la disfagia incluyen:

  • Ejercicios para fortalecer los músculos que intervienen en la deglución.
  • Técnicas específicas para abordar problemas de deglución concretos.
  • Cambios sencillos en las comidas del día.
  • Apoyo para controlar la ansiedad, puesto que puede favorecer la dificultad para tragar.

En los casos de disfagia más avanzados que suponen un riesgo de desnutrición, deshidratación, asfixia o infecciones torácicas graves, es fundamental contar también con el apoyo de profesionales nutricionistas.

Consejos para evitar la dificultad al tragar

Más allá de los tratamientos y las estrategias que propongan los profesionales del habla y de la nutrición, existen una serie de acciones que se pueden llevar a cabo de forma autónoma para masticar y tragar mejor. Incorporar hábitos correctos puede mejorar la deglución. Los principales consejos son:

  • Comer erguido.
  • Masticar lentamente.
  • Comer con tiempo y en un entorno tranquilo.
  • Beber algo durante la comida para acompañar los alimentos a la hora de tragar.
  • Controlar la cantidad de comida en cada bocado.
  • Hacer comidas más pequeñas con más frecuencia.
  • Buscar los cubiertos y las técnicas de cocción que favorecen la deglución.
  • En el caso de personas propensas a atragantarse, se recomienda comer con la compañía de personas que sepan cómo ayudarles.

 

Referencias:

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