Marc Checa: ‘La esclerosis múltiple aporta límites pero también aspectos positivos’

Tiene 30 años, es profesor de educación física y tiene esclerosis múltiple desde hace seis años. La enfermedad le impide seguir ejerciendo su especialidad pero podrá ejercer de profesor de otras materias.

-¿Cómo empezó todo?

-Estaba realizando las prácticas en una escuela. Sufrí distintos brotes. Tenía vértigo, inestabilidad,… Fui al médico, me dio pastillas y, después de dos semanas ya me había pasado. Después fui con un grupo de amigos de viaje a Milán y me dolía mucho el ojo. Volviendo del viaje fui al médico porque seguía doliendo mucho y me derivó a urgencias. Me quedé una semana y me hicieron todas las pruebas.

-¿Y?

-Cuando estaba ingresado vino un neurólogo y me lo dijo.

-¿Cómo se lo tomó?

Sin saber qué era la esclerosis múltiple recuerdo que me puse a llorar. Después de dos días me dieron el alta y me fui a casa.

-¿Y empezó a hacer vida normal?

-En aquellos momentos sí. Yo toda la vida he jugado a futbol y también iba a correr, entonces todas estas actividades todavía podía hacerlas. Pero tras medio año tuve que empezar a dejar el futbol porque cuando hacía un rato que jugaba no enfocaba bien con la vista y no controlaba bien la pelota. Dejé el futbol pero todavía iba a correr. Después dejé de ir a correr pero podía caminar, ahora ya no.

-Pero usted ha llegado a la entrevista caminando y sin ayuda.

-Sí que camino, pero cojeo. Tengo inestabilidad.

-Nota que progresa la enfermedad.

-Sí. El año pasado fue terrible, tuve diversos brotes, experimenté en primera persona aspectos como la incontinencia o la fatiga, tuve que coger la baja y, por Navidad, sufrí más brotes y no podía ni caminar. Seguí un tratamiento de tres días de corticoides y se me pasó, pero durante los brotes lo pasas mal. A partir de este 2016 he cambiado totalmente porque me he adaptado a la situación, he asumido el cambio y tengo otras prioridades.

-¿Qué quiere decir?

-He cambiado la forma de ver las cosas. Ya no pongo atención a tonterías que antes sí que eran importantes para mí, como era el hecho de caminar por mi ciudad, que ahora es Vic. Ahora paso completamente. Tengo ganas de hacer cosas, de iniciar proyectos y estoy más animada.

-¿Usted ya trabajaba cuando le diagnosticaron?

-Estaba haciendo las prácticas de profesor de educación física y después conseguí el título de Ciencias de la Educación Física y, por suerte, acabé la carrera y empecé a trabajar. Cuando tuve los brotes cogí la baja y me concedieron una prestación porque no es compatible con la esclerosis múltiple ser profesor de educación física.

-¿Puede continuar siendo profesor si no es de educación física?

-Existen unas cláusulas muy marcadas, puedo ser profesor pero no de educación física.

-¿Y le motiva ser profesor aunque no sea de educación física?

-Sí, puedo ser profesor de primaria o dar refuerzo de psicopedagogía.

-¿Le apetece volver a trabajar?

-Sí, tengo ganas pero no me obsesiono. Supongo que también por la prestación económica que me han concedido y que me da seguridad y me tranquiliza. En la escuela en la que había trabajado ya me conocen y los conozco, me dijeron que en septiembre me dirían algo y ahora debo esperar.

– ¿Explicó en la escuela que tenía esclerosis múltiple?

-Lo expliqué al final y me costó mucho decirlo. Lo comenté tres o cuatro meses antes de tener el brote. El problema es que hacíamos distancias largas caminando y me costaba disimular los efectos de la enfermedad ante los niños. Siempre estaba pensando en el trayecto que tenía que hacer y en cómo disimularlo. Pero en cambio, la experiencia que tengo de explicar la enfermedad es muy bonita. Ahora no lo pienso dos veces y, si tengo que decirlo lo digo.

-¿Cómo se lo tomaron los niños?

-Muy bien. Yo no pido a los niños que entiendan qué es esta enfermedad porque yo con 24 años tampoco sabía qué era. El otro día fui a verles y me preguntaron cómo estaba.

-¿Tienen curiosidad por la enfermedad?

Algunos sí, algunos me preguntan qué es, cómo me encuentro y yo se lo explico. Otros sólo me saludan y hablamos de cómo les va el curso, qué están haciendo…

-¿Cómo le afectó la enfermedad en su vida personal?

Fue bastante duro para mí. Yo en aquel momento tenía pareja y empecé a pensar que ella se tendría que hacer responsable de mí, que me tendría que cuidar, a pesar de que en aquel momento estaba perfecto. Acabé forzando la situación para dejar a mi pareja. Después decidí que no saldría con nadie más y que no se repetiría la situación, pero volvió a ocurrir.

-¿Con la misma persona?

-No, con otra. Comenzamos muy bien pero después empecé a pensar en el futuro y forcé la situación para que se acabara la relación.

-¿Y ahora quiere tener pareja?

-Sí, ahora sí. Me siento bien. Pienso que necesitaba tiempo para realizar mi proceso. Ahora lo explico todo sin problemas y no me he encontrado con nadie que me haya repudiado. Ahora tengo mucha confianza y seguridad en mi mismo y eso me ayuda. Antes tenía la autoestima baja y eso ha cambiado. He dejado de juzgar a las personas y ahora cuando hago algo es porque quiero.

-La esclerosis múltiple también le ha aportado aspectos positivos.

-Aporta límites por un lado y aspectos positivos por otro, pero los aspectos positivos aparecen ahora. Cuando me diagnosticaron, si me hubieran preguntado, todo era negativo. Veía que los de mi grupo jugaban a futbol y yo no podía hacerlo. Quedaban para ir en bicicleta y yo no podía ir. Fue duro.

-¿Cómo le trata la enfermedad?

Ahora bien, después del cambio de mentalidad que he hecho la enfermedad ha mejorado. Camino mejor, aunque no puedo andar distancias largas.

-Excepto andar largas distancias, la enfermedad no le limita en nada más.

-No me limita. Voy al gimnasio, hago máquinas y natación. Lo hago todo a mi ritmo y me va muy bien hacerlo. Me permite desconectar, pensar en otras cosas.

Debe iniciar sesión para comentar.

¿Tienes una cuenta? ¡Inicia sesión ahora!

¿No tienes una cuenta? ¡Regístrate ahora!