– ¿Cuándo te diagnosticaron?
En septiembre del 2010 y durante 10 años prácticamente no he hablado con nadie sobre la enfermedad, solo cuando he tenido un brote o he visto que empeoraba.
Me he dado cuenta de que esto ha sido porque una parte de mí pensaba que, si mostraba mi vulnerabilidad, dejaba de ser valiente, y he aprendido que no tiene nada que ver una cosa con la otra. Nos ocurre a muchas personas que tenemos esta enfermedad y eso me ha llevado a que a veces me he sentido muy sola e incomprendida por voluntad propia.
– ¿Qué síntomas tenías?
Antes de que me diagnosticaran la EM, a veces se me dormía el labio o tenía un tic en el ojo, pero realmente fui al médico porque se me durmieron las dos manos y yo era camarera. Solo podía sostener la bandeja si la miraba.
Un día estaba de fiesta con unos amigos tomando unos cubatas. Pedí el primero y se me cayó; pedí el segundo y también, y el tercero… Todos me decían “vas pedo” y yo estaba indignada. No estaba borracha, estaba avergonzada y asustada porque no tenía control sobre mi cuerpo y sabía que me estaba pasando algo que no era normal.
Una parte de mí pensaba que, si mostraba mi vulnerabilidad, dejaba de ser valiente, y he aprendido que no tiene nada que ver una cosa con la otra.
– ¿Cuántos años tenías cuando te diagnosticaron?
Tenía 26 años, era feliz, no me faltaba el dinero porque empecé a trabajar muy joven, iba y venía y creía que era invencible. Yo pensaba que me iba a comer el mundo y al final comprobé que el mundo se me comió a mí. Con un diagnóstico de esclerosis múltiple la vida te cambia, aunque creas en un principio que no, la perspectiva de la vida se modifica.
– ¿Y qué hiciste?
Cuando te diagnostican tienes que seguir tu vida; no estás bien y no hay nada que pueda cambiarlo. Yo viví durante 10 años con brotes, con mucho estrés, trabajando muchísimo, con fatiga… y lo peor de todo, sin escucharme a mí misma. Durante ese tiempo ya había cambiado aspectos de mí misma, pero, sin embargo, había cosas que no iban como deberían.
En 2019 sentí la necesidad de buscar algo más, y esa cosa empezó por escucharme a mí misma por dentro, qué quería, qué creencias se habían instalado en mi vida haciendo que me limitara, así que empecé a buscar.
– ¿Dónde?
Entré en un grupo de crecimiento personal (“el camino del corazón”) y desde aquí, entendiendo que necesitaba hacer cambios para estar mejor, decidí matricularme en un máster de Coaching, Inteligencia Emocional y Programación Neolingüística en Madrid. Yo soy de Valladolid. Esto supuso tener que ir a Madrid, coger el coche, romper muchas barreras que tenía en mi cabeza. Pensaba que iba a ser incapaz, pero me puse un objetivo y esas barreras fueron cayendo.
Una vez empecé el máster, me di cuenta de que me estaba planteando cosas que nunca me había planteado en la vida. La salida es hacia adentro, no hacia afuera. No puedes cambiar el mundo entero para que tú estés bien, es justo al revés.
– ¿Cómo decidiste especializarte en EM?
Cuando me tocó realizar el proyecto, sentí que debía ir dirigido a personas con esclerosis múltiple. Yo he logrado hacer algo que me ha liberado en muchos aspectos, y pensé “yo no soy más lista que los demás, ellos también podrían cambiar ciertos aspectos que les están limitando y así tener una vida mejor”. Fue así como surgió la idea de especializarme en EM.
Cuando vives con una enfermedad así, vives de forma permanente con coronavirus. La incertidumbre está ahí desde el momento que te levantas por la mañana. Si sabes gestionarte bien emocionalmente, si sabes apartar los pensamientos negativos en bucle, si sabes cómo comunicarte eficazmente… La visión de la vida te cambia radicalmente. Muchas veces nos quedamos con “es que no puedo hacer nada más”, “es que madre mía, qué miedo, no me van a coger en ningún trabajo”, “me va a dejar mi pareja”… Creencias que nos limitan de manera continuada . Esto se puede cambiar, tu mente puede cambiar si estás dispuesto a entrenar cada día.
Si sabes gestionarte bien emocionalmente, si sabes apartar los pensamientos negativos en bucle, si sabes cómo comunicarte eficazmente… La visión de la vida te cambia radicalmente.
– ¿Y entonces?
Sí, tenemos una enfermedad. Sí, lo tenemos más complicado, pero las limitaciones te las pones tú de acuerdo con las creencias que tengas y de acuerdo con las etiquetas que te dejes colgar. Durante muchos años, yo he sido la EM, y encima sin querer decírselo a nadie. Yo era la EM y ahora ya no lo soy. Yo soy yo. Yo tengo un hijo pequeño, yo tengo un marido, yo soy coach, yo tengo mis amigos, yo tengo mi deporte, yo tengo una enfermedad… La EM es una parte de mi vida, no es toda mi vida.
– ¿Qué ofreces a la gente desde el coaching?
Es un acompañamiento personalizado, un espacio de no juicio, en el que la persona tiene que responder a grandes interrogantes. Rara vez nos hacemos preguntas a nosotros mismos. El coaching es una metodología en la que te planteas un objetivo realista y a través de las preguntas, la escucha activa, las dinámicas… te creas un plan de acción, gracias al cual vas consiguiendo metas pequeñas que te van acercando al tu objetivo principal.
Rara vez nos paramos a pensar “eso sí”, “eso no”, el por qué de las decisiones que tomamos o, mejor aún, el para qué. Cuando somos capaces de responder a estas preguntas sin miedo, verbalizándolo en voz alta, descubres cosas de ti, cosas importantes que te llevarán a plantearte la vida de otra forma. El autoconocimiento, la automotivación, la autorresponsabilidad… son los primeros pasos para llegar a ser la versión más feliz de ti mismo.
Es fundamental que cada uno sea coherente con lo que dice, con lo que hace, con lo que piensa y con lo que siente, pero ¿cuánta gente es capaz de obtener esa coherencia? ¿Cuánta gente deja de hacer cosas por miedo? Gracias a mi metodología las personas logran vivir en mayúsculas, dándose cuenta de cuáles son los cambios que deben hacer para poder tener una buena vida.
Rara vez nos paramos a pensar “eso sí”, “eso no”, el por qué de las decisiones que tomamos o, mejor aún, el para qué.
– ¿Cómo haces el cambio de chip con la enfermedad?
Fue cuando comprendí que todo lo que había experimentado debía ponerlo al servicio de las personas con esclerosis múltiple y que me daba igual lo que pensaran de mí los demás si podía ayudar solo a una persona.
– ¿Qué has aprendido?
Durante mis años de inconsciencia he bebido, he fumado a pesar de saber que era perjudicial para mí… Creo que de algún modo lo hacía para seguir siendo igual que los demás. Qué estupidez. Ahora valoro mucho más lo que soy, me genero mucha más autoestima, cuidándome, queriéndome más, respetando mi cuerpo y mi mente. Es una pieza de dominó, cuando empiezas con una, las otras van detrás.
– ¿Y has podido ayudar a otras personas?
Sí, porque me dedico a acompañar a personas con esclerosis múltiple y estoy teniendo la oportunidad de poder trabajar con ellas. Yo también estoy aprendiendo mucho. Es brutal ver cómo las personas pueden sacar sus recursos y habilidades innatas para salir adelante.
– ¿Haces coaching solo con EM o con otras enfermedades?
Me centro sobre todo en la esclerosis múltiple, porque es algo que yo tengo y que muchos de los demás no tienen. Cuando me dicen que tienen fatiga entiendo qué tienen y cuando me dicen que tienen miedo a perder su trabajo entiendo por qué tienen ese miedo, cuando me dicen que tienen miedo a hablar también lo entiendo porque yo lo he vivido. Entiendo lo que les ocurre, ya que muchos de sus miedos han sido mis miedos, al igual que sus síntomas.
Realizo una primera sesión gratuita de exploración para que comprendan la metodología que se llevará a cabo. En esta sesión previa también valoro si puedo o no trabajar con los clientes, y si necesitan otro tipo de soporte como puede ser un psicólogo. También me he dado cuenta de que los acompañantes o familiares de las personas con EM tienen muchas dudas, problemas de comunicación… y por eso también trabajo con ellos.
Ahora valoro mucho más lo que soy, me genero mucha más autoestima cuidándome, queriéndome más, respetando mi cuerpo y mi mente.
– Has escrito un libro.
Este año he escrito “Estoy Mejor“, en el libro explico cómo fue el proceso de mi diagnóstico de esclerosis múltiple. Doy voz a mi hermana, ya que me di cuenta de la importancia de los familiares, ellos también tienen mucho que decir y también lo pasan mal, sobre todo en el diagnóstico. Al final, los acompañantes también deben hacer una aceptación de esta nueva realidad.
Yo estoy bien físicamente, aunque tengo mis brotes y me he acostumbrado a vivir así, pero el principio fue muy duro. El libro puede descargarse gratuitamente y con él pretendo que poco a poco la gente vaya incorporando sus historias. En un futuro próximo espero que se pueda publicar y que el dinero que se consiga sea para la investigación de la esclerosis múltiple.
– Has cambiado EM por Estoy Mejor.
Sí, cambié las siglas de Esclerosis Múltiple y empecé a gritar Estoy Mejor, si simplemente cambias el sistema de pensamiento con el lenguaje, cambia la forma de interpretar estas palabras y ya no duelen.
Puedes descargar el libro de Laura Verdugo en este enlace y seguirla en Instagram.
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