Xavier Trobat: “Te jubilan de joven y tu entorno no está jubilado”

Xavier Trobat es arquitecto de profesión y tiene esclerosis múltiple desde hace once años. Lo diagnosticaron a los 28 años y tuvo que dejar el trabajo debido a la enfermedad. Acaba de publicar Pensaments d’un peix que camina (Pensamientos de un pez que camina), que incluye micropoemas y dibujos hechos por él mismo.

¿Cómo decides hacer un libro?

Me diagnosticaron hace 11 años y un año después del diagnóstico me salió la vena artística. Mi madre es profesora de Historia del Arte y seguramente me impregné.

¿Cómo surgió la vena artística?

He estudiado arquitectura y la arquitectura te conduce hacia el mundo artístico y el mundo humano. Fui a un curso de dibujo de desnudos y me gustó. Por la calle también pintaba paisajes y edificios. Después participé en un proyecto europeo muy enfocado en la inmigración e hice un proyecto de ciudades imaginarias.

Te mantienes activo entonces.

Sí, mucho. Lo necesito. No produzco cada día, pero siempre hay algo que me ronda por la cabeza.

En el libro has hecho micro-versos y dibujos que los ilustran.

Este libro recoge el trabajo de los últimos tres años que he estado en Mallorca en un taller muy interesante de poesía, filosofía y pintura. El libro recoge lo que hacíamos en cada sesión, porque hacíamos un mini poema y después pasábamos al taller de expresión plástica. He hecho una recopilación de algunos trabajos de estos años y este es el resultado. Es un libro en el que hablo de mí y en la parte plástica trabajo el Wu Wei, que es el dejar fluir, un concepto taoísta muy integrado en Occidente. Traducido a la pintura supone que mientras pintas no piensas, sino que haces. Anteriormente, ya has pensado la idea y el concepto y después lo plasmas.

¿Te ha costado más el verso o la parte artística?

Cuesta más la parte plástica. El poema es lo que sientes y es lo primero que te viene. También debo decir que me costaba más al inicio que ahora.

Ahora que ya has acabado el libro, ¿tienes algún proyecto entre manos?

Sí. Solo hace tres meses que voy al Centro Neurorehabilitador Mas Sabater de Reus y ha sido duro ir.
En el libro trato de mí y en la parte plástica trabajo el Wu Wei, que es el dejar fluir, un concepto taoísta muy integrado en Occidente

¿Por qué?

Porque es la primera vez que me enfrento a la enfermedad cara a cara. Antes estaba yo solo y ahora veo a más gente a mi alrededor, las otras personas que van al centro y que tienen esclerosis múltiple como yo. Es un error porque cada uno es diferente, pero es inevitable comparar y pensar: “yo esto no lo tengo o esto lo tengo más”.

¿Qué proyectos tienes?

Una de las pautas para vivir es intentar dar un vuelco a la situación y de la parte negativa sacar flores. Por ello, me voy apuntando palabras, sensaciones que voy teniendo en el centro neurorehabilitador y las intento plasmar. Es como un diario. Podría tener una actitud victimista, pero en su lugar, intento sacar la flor y esto es lo más bonito. No te quedas con la parte negativa de la enfermedad, sino que surgen cosas muy bonitas. Muchas veces pienso que gracias a la esclerosis múltiple sale todo esto, pero también pienso que quizá no era necesaria la enfermedad para que saliera (ríe).

¿Sin la esclerosis múltiple no serías artista?

La enfermedad te hace pasar por una cuerda floja y cuando estás en tensión es cuando sale la creación. Cuando quieres sobrevivir haces cosas que no harías si no estuvieras al límite, y yo creo que la esclerosis múltiple me ha hecho descubrir muchas cosas.
Una de las pautas para vivir es intentar dar un vuelco a la situación y de la parte negativa sacar flores.

¿Cómo por ejemplo?

Me conozco mejor. Las cosas me importan más, reflexiono más y estoy más atento a todo. Esto hace que me dé cuenta de cómo de grande es la vida. Un ejemplo gráfico. Antes iba como un burro, que no veía los laterales, y ahora veo la perspectiva, veo más.

¿Qué síntomas hicieron que descubrieras la EM?

Yo tenía una neuritis óptica y cuando me diagnosticaron no me lo creía. Hasta pasados cuatro años después del diagnóstico no empecé a tener problemas. Por ello he empezado más tarde la aceptación de la enfermedad.

¿Qué problemas tuviste?

Las piernas, la mano, cuando hacía mucho calor estaba abatido… Hace cinco años llegó un momento en que tuve que dejar el trabajo.
Cuando quieres sobrevivir haces cosas que no harías si no estuvieras al límite, y yo creo que la esclerosis múltiple me ha hecho descubrir muchas cosas.

¿Y cómo lo llevaste?

Es difícil porque te jubilan de joven y tu entorno no está jubilado. Las cosas que he hecho las he hecho con jubilados y gente mayor, no con gente de mi edad. Es como si me hubiera desviado.

Después de la “jubilación” te fuiste a Mallorca, ¿por qué?

Mis padres son de Mallorca, pero mi padre es médico y lo destinaron a Tarragona cuando yo solo tenía un año. He vivido en Tarragona toda la vida. Cuando dejé de trabajar fui a Mallorca porque mi abuela tiene una finca allí que he arreglado y donde he hecho un proyecto de agroturismo, que ahora ya está en marcha.
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