Problemas de sueño y esclerosis múltiple: qué relación tienen

Los trastornos del sueño pueden alterar algunos síntomas y afectar a la calidad de vida de las personas con EM. Sin embargo, existen muchas acciones a llevar a cabo para combatirlos.

Aunque los trastornos del sueño son comunes en la población general, se estima que su afectación entre las personas con esclerosis múltiple oscila entre el 47% y el 62%. Estas alteraciones incluyen insomnio, apnea del sueño o conductas anormales mientras se duerme.

Las causas que vinculan los problemas de sueño con la esclerosis múltiple son varias y tienen que ver con muchos de los síntomas habituales de la esclerosis múltiple, como la espasticidad, la fatiga o los problemas de vejiga, entre otros.

 

Causas de los problemas de sueño con EM

Existen varios motivos por los que el sueño de las personas con EM puede verse alterado. Entre ellos, el efecto de algunos síntomas habituales, como los espasmos, el dolor, la fatiga, la depresión o la necesidad de orinar varias veces durante la noche.

Nicturia

Este último factor se conoce como nicturia y es la causa más común de interrupción del sueño entre personas con esclerosis múltiple. La razón es la frecuencia con la que estas personas experimentan problemas de vejiga y necesitan ir al baño en varias ocasiones durante la noche. Aunque la mayoría son capaces de recuperar el sueño tras levantarse una vez, volver a dormir profundamente es más complicado cuantas más veces se interrumpa el descanso.

Posición para dormir

El cuerpo humano no está diseñado para dormir en una sola posición durante toda la noche, puesto que los tejidos y la piel sufren la presión de todo el cuerpo. Por eso, es necesario cambiar de postura varias veces durante la noche, aunque esto pueda suponer un desvelo momentáneo. Sin embargo, algunas personas con EM pueden tener problemas de movilidad y, por lo tanto, dificultades para moverse en la cama durante la noche. El dolor y las molestias del contacto con la cama pueden mantener a estas personas despiertas.

Espasticidad

La rigidez y tensión de los músculos es otro síntoma habitual de la esclerosis múltiple y puede llegar a ser muy incómoda o dolorosa. Esta molestia puede afectar a la movilidad de las extremidades e interferir en el sueño de las personas que la experimentan.

Depresión

Algunas personas con EM pueden experimentar episodios depresivos y estos pueden alterar los patrones de sueño. Aunque conciliar el sueño no acostumbra a ser un problema, las personas con depresión tienden a despertarse muy pronto y con mucha dificultad para volverse a dormir.

 

Más allá de estos síntomas, existen otras situaciones que pueden afectar el sueño de las personas con EM, como:

  • El efecto secundario de ciertos medicamentos.
  • La falta de exposición a la luz solar.
  • El sedentarismo o la falta de actividad.
  • Algunas lesiones en zonas determinadas del cerebro.

 

Cómo combatir los problemas de sueño con esclerosis múltiple

Tratar los trastornos del sueño es fundamental, puesto que puede ayudar a mejorar algunos síntomas de la EM, como la fatiga, el dolor, la depresión o los problemas de memoria y concentración.

Para ello, una de las acciones principales es tratar los síntomas de EM que pueden influir en el sueño y que pueden abordarse tanto con tratamientos farmacológicos, como con otros enfoques. Algunos de estos métodos alternativos son:

  • La cronoterapia, que busca establecer un patrón saludable de sueño y vigilia mediante hábitos que regulen el reloj corporal, como la exposición solar a una hora determinada o la meditación.
  • La terapia cognitivo-conductual, que puede ser útil para detectar comportamientos y pensamientos que alteran el sueño e intentar contrarrestarlos.
  • Técnicas no invasivas de estimulación cerebral, siempre bajo la recomendación y supervisión de los profesionales médicos de referencia.

Consejos para dormir mejor con EM

Para completar la estrategia para combatir estos problemas, existen una serie de hábitos saludables que pueden contribuir a mejorar la calidad del sueño. Los más destacados son los siguientes:

  • Mantenerse activo físicamente, pero dejando un tiempo prudente de relajación antes de acostarse.
  • Evitar un cansancio excesivo que pueda complicar la conciliación del sueño.
  • Procurar exponerse diariamente a la luz solar.
  • Establecer una rutina a la hora de acostarse, con técnicas de relajación, una bebida caliente o un baño que fomenten el relax.
  • Mantener un horario de sueño, intentando acostarse y levantarse todos los días a la misma hora.
  • Evitar los estimulantes, las comidas copiosas y las pantallas antes de acostarse.
  • Velar por una tener una temperatura agradable en el dormitorio.
  • No hacer otras actividades en la cama, como ver la tele, que no sean dormir o hacer el amor.
  • Evitar forzar el sueño. Si resulta difícil conciliarlo, es más recomendable levantarse y hacer algo relajante hasta percibir un estado más somnoliento.

Más allá de todo lo anterior, existen tratamientos farmacológicos que pueden contribuir a regular el sueño, pero en este caso, debe ser el profesional médico de referencia quien sugiera la terapia que se adecúe mejor a cada persona.

Dormir bien es clave para mejorar la calidad de vida de las personas con esclerosis múltiple. Adoptar hábitos saludables y tratar los síntomas que afectan el descanso puede marcar la diferencia. Para profundizar más en este tema y descubrir las estrategias que pueden ayudar, descargad nuestra guía del sueño y esclerosis múltiple.

Referencias:

Debe iniciar sesión para comentar.

¿Tienes una cuenta? ¡Inicia sesión ahora!

¿No tienes una cuenta? ¡Regístrate ahora!