La música genera gran cantidad de estímulos cerebrales que pueden mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y potenciar las funciones cognitivas.
Es una herramienta terapéutica que puede mejorar los déficits que puede provocar la esclerosis múltiple como la depresión, los cambios de humor o el funcionamiento cognitivo.
Los músicos y las personas que han tocado instrumentos durante años podrían tener mayor protección contra el envejecimiento cerebral, lo que podría frenar el deterioro cognitivo en enfermedades como la esclerosis múltiple.