Tratamientos para personas con esclerosis múltiple en formas recurrentes
Las formas en brotes o remitentes-recurrentes de la esclerosis múltiple viven un momento de eclosión de nuevos medicamentos. De hecho, en los últimos 10 años han aparecido nuevos fármacos que tratan los síntomas y mejoran la evolución de la EM en esta forma concreta de la enfermedad. A continuación, repasamos los más destacados y detallamos los más recientes.
Las personas con esclerosis múltiple en brotes o remitente-recurrente pueden recibir tratamientos farmacológicos y no farmacológicos (si tenemos en cuenta la rehabilitación física y el apoyo emocional). Comparado con las personas cib las formas progresivas de la enfermedad, los individuos que se encuentran en esta situación pueden beneficiarse de esos tratamientos para mejorar los síntomas, reducir la duración de los brotes y la discapacidad asociada a ellos, y reducir la frecuencia de su aparición.
En los últimos 10 años, la investigación ha avanzado y han aparecido varios fármacos para combatir la enfermedad, sobre todo en las fases más inflamatorias de la misma. De hecho, recientemente han aparecido tratamientos para síntomas que, hasta ahora, no tenían posibilidad de ser tratados. En ese sentido, podemos hablar de tratamientos sintomáticos y de tratamientos inmunomoduladores.
Tratamientos sintomáticos e inmunomoduladores
En el ámbito de nuevos tratamientos sintomáticos destaca la Fampyra. Se trata de un fármaco oral para mejorar la deambulación, teniendo en cuenta que ésta afecta a un 60% de los pacientes y que se considera uno de los aspectos más discapacitantes de la enfermedad. En este sentido, hay que acentuar que no todos los pacientes son respondedores (un 38%). Los beneficios de este medicamento son independientes del tipo de EM de cada persona, de los tratamientos que se sigan y del grado de discapacidad de cada uno.En el campo de los inmunomoduladores, encontramos nuevos tratamientos inyectables y no inyectables.
Los tratamientos inyectables presentan una baja adherencia por parte de los pacientes, que en un 25% de los casos se cansan de aplicarse la inyección; además, tienen poca incidencia en la progresión de la enfermedad.
Por otro lado, suelen presentar problemas como la frecuencia de administración, los efectos generales y las posibles lesiones locales que puedan aparecer a causa de la inyección.
Por lo que respecta a los tratamientos inmunomoduladores no inyectables, en España encontramos:
– Teriflunomida
Su nombre comercial es Aubagio. Se trata de un comprimido oral que se toma una vez al día y que está dirigido a personas con EM con brotes. De hecho, se ha comprobado que los reduce en un 31-36%. Por lo que respecta a la progresión de la discapacidad contenida, la disminuye en un 30%. Además, evita en un 80% las nuevas lesiones en RM.
Las personas con EM suelen presentar un buena tolerancia a ese tratamiento, a pesar de que es posible que se den efectos secundarios como diarrea o adelgazamiento del pelo. Además, si se toma, inicialmente hay que someterse a un control analítico muy frecuente.
– Dimetilfumarato
Más conocido como Tecfidera, se trata de un comprimido oral que se toma dos veces al día. Reduce los brotes en un 44-53% y tiene un perfil antiinflamatorio y, posiblemente, neuroprotector. Por lo que respecta a la progresión de la discapacidad, la disminuye en un 38%, y las nuevas lesiones en RM en un 90%.
Este tratamiento también tiene un buen perfil de tolerancia a pesar de que puede provocar dolor abdominal transitorio, enrojecimiento facial transitorio y también es recomendable tener un control analítico de la sangre y del hígado.
– Alemtuzumab
Llamado comercialmente Lemtrada. Es un tratamiento endovenoso que se toma únicamente durante 5 días seguidos en el primer año y durante 3 días en el segundo. Se trata de un fármaco a considerar en las formas activas de la enfermedad. A pesar de eso, hay que tener en cuenta que un 30% de los casos pueden sufrir efectos hematológicos adversos, de la tiroides o de los riñones.
En cuanto a tratamientos inmunomoduladores inyectables, algunos tratamientos son:
– Peg-interferón BETA 1A
Se trata de un Avonex® con más estabilidad a nivel de la sangre. Los ensayos han demostrado que administrado cada dos semanas reduce en un 37% los brotes anuales, en un 39% el riesgo de sufrirlos, en un 33% el riesgo de progresión de la discapacidad y en un 67% el número de nuevas lesiones en la RM. Presenta la misma eficacia clínica y RM que el Avonex® pero con una mayor tolerancia.
– Copaxone® 40 mg
Del mismo modo, presenta una mayor tolerancia que el de 20 mg, a pesar de contar con la misma eficacia clínica y RM. En este caso, se administra tres veces por semana.
Estos tratamientos han demostrado buena eficacia clínica, buen perfil de seguridad y tolerancia por parte de las personas con EM; además, destacan por la comodidad en su posología.
A pesar de eso, la situación ideal sería la de un tratamiento personalizado. De hecho, existen muchas variables que influyen en la selección de un tratamiento. Se trata de que se adapte a las condiciones, a la situación y a las circunstancias de cada persona con EM, la cual, al mismo tiempo, se implica y participa en el seguimiento de su enfermedad y colabora con los profesionales en el proceso de decisión en lo que respecta al tratamiento.
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