Noelia Cordero: “Fue el podólogo quien vio que tenía un problema neurológico”

Noelia Cordero tiene 28 años y esclerosis múltiple progresiva. Antes de ser diagnosticada, vivió 5 años de impotencia e incertidumbre ya que, se caía caminando por la calle y nadie sabía qué tenía. Al final tuvo que abandonar su empleo.

– ¿Cuándo te diagnosticaron esclerosis múltiple?

El 6 de agosto de 2018.

– ¿Por qué fuiste al médico?

Empecé a tener síntomas hace 5 años. Primero perdí sensibilidad en las manos, pero no le di mucha importancia. Dos años después empecé a caerme por la calle muy a menudo, demasiado a menudo.

– ¿Y qué pensabas cuando te caías tanto?

La médica decía que era patosa. Puedo ser patosa y caerme una vez o dos, pero en una semana me caía cuatro o cinco veces.

Me hicieron varias radiografías. Pensaron que tenía un problema de traumatología que me afectaba a la hora de caminar. Entonces me hicieron una resonancia del tobillo. Tuve un montón de esguinces, pero nada…

La médica decía que era patosa. Puedo ser patosa y caerme una vez o dos, pero en una semana me caía cuatro o cinco veces.

– ¿Te sorprendió?

Sí. Yo era deportista, estaba acostumbrada a levantarme e ir a correr por las mañanas. Participaba en carreras como la de El Corte Inglés o en la Cursa de la Dona y, además, trabajaba de pie.

-¿De qué trabajabas?

Durante seis años trabajé en un Starbucks y luego empecé a trabajar como profesora de inglés. En ambos empleos estaba de pie.

-¿Cómo llevabas la incertidumbre de no saber qué te pasaba?

Yo pensaba “nadie me hace caso, ¡no puede ser!”. Cuando empecé a caerme, empecé a sufrir ansiedad, a comer, y engordé cinco kilos. Después perdí el equilibrio totalmente.

Un día, fui a la doctora muy enfadada y le dije que tenía que mirar más cosas, que a mí me pasaba algo. Entonces me derivó a un podólogo, pensando que quizás no ponía bien los pies cuando caminaba.

Yo pensaba “nadie me hace caso, ¡no puede ser!”. Cuando empecé a caerme, empecé a sufrir ansiedad, a comer, y engordé cinco kilos.

– ¿Y fuiste al podólogo?

Fui al podólogo y cuando este vio como caminaba, me preguntó cuánto tiempo hacía que andaba así. Me dijo que no andaba bien, que quizás necesitaba plantillas, pero que lo que yo tenía era un problema neurológico… ¡Esto el podólogo! ¡La médica de cabecera no había visto que era un problema neurológico y el podólogo sí!

– ¿Y qué hiciste?

Volví al médico de cabecera y este me dijo que me enviaría a un neurólogo. La lista de espera del neurólogo era de nueve meses.

– ¿Y qué hacías mientras tanto?

Yo ya había dejado mi empleo porque trabajaba con niños y, como sufría caídas, tenía miedo de caer sobre un niño y hacerle daño.

– ¿Estuviste en paro?

La médica de cabecera no quiso ni siquiera darme la baja.

-¿Esperaste los nueve meses?

No. Estaba enfadada y fui a urgencias del Hospital Vall d’Hebron. Allí enseguida me hicieron las pruebas. Tenía cinco médicos a mi lado atendiéndome. Expliqué que tenía un tío con esclerosis múltiple. Me derivaron al Hospital de Can Ruti y allí me hicieron el diagnóstico.

– ¿Cómo está tu tío?

Hace 30 años que tiene esclerosis múltiple y le envidio porque está bien.

– Y después de tanta incertidumbre, cuando llega el diagnóstico, ¿cómo te lo tomas?

Cuando no sabía qué tenía miré por Internet y mis síntomas coincidían con no sé cuántos tipos de cáncer. Dejé de buscar y esperé el diagnóstico.

No fue una buena noticia, pero podría ser peor. Al menos sé que de esto no me voy a morir.

– Vas con silla de ruedas. ¿Ha sido duro cogerla?

Lo que fue más duro fue coger un andador, porque los andadores son de abuelo. Cuando buscaba uno por Internet, en Amazon salían como “andador para ancianos”. En cambio, hay gente joven que va en silla de ruedas. Yo la uso para no cansarme tanto y poder descansar.

– ¿Cómo es tu día a día?

Tres días a la semana voy a hacer rehabilitación y me va muy bien. Antes no podía mover el pie y ahora ya puedo. El primer día que pude moverlo en casa me hicieron fotos y me grabaron en vídeo, como a un niño pequeño que empieza a caminar. Intento hacer el máximo de ejercicio.

Cuando trabajaba siempre iba con prisas y no tenía tiempo para hacer nada; ahora hago más cosas que nunca. Hace poco fui a Düsseldorf con mi pareja y también hemos ido al festival de cine de Sitges. Leo muchísimo y también me gusta escribir. De hecho, he empezado a escribir un blog sobre la enfermedad donde cuento lo que me pasa: www.vasobreruedas.com

Cuando trabajaba siempre iba con prisas y no tenía tiempo para hacer nada; ahora hago más cosas que nunca. Hace poco fuimos a Düsseldorf con mi pareja y también hemos ido al festival de cine de Sitges. Leo muchísimo y también me gusta escribir.

– ¿Qué síntomas tienes?

Espasticidad en la pierna derecha y no tengo fuerza en las manos: abrochar botones es misión imposible. Fatiga ahora no tengo, pero a las 9 de la noche ¡no soy persona!

– ¿Has explicado la enfermedad?

Sí, no lo he ocultado nunca, lo cuento.


Debe iniciar sesión para comentar.

¿Tienes una cuenta? ¡Inicia sesión ahora!

¿No tienes una cuenta? ¡Regístrate ahora!