Marta no solo ha dejado las muletas, sino que además ahora hace marcha nórdica, una de las actividades que también se realizan en el centro de la Fundación Esclerosis Múltiple en Lleida. Su clave es mantenerse activa y no parar de moverse porque al margen de andar mucho también baila. Y eso pese a la fatiga, que es uno de los síntomas que tiene como buena parte de las personas con EM.
Desde que hace neurorrehabilitación ha mejorado en todos los sentidos tanto físicos como psicológicos. “Es más lo que viene detrás de la enfermedad que la propia enfermedad en sí. No poder trabajar, no llevar la vida que llevaba antes, el corre corre de la vida”.