Los profesionales de las unidades de esclerosis múltiple: el neuropsicólogo y la enfermera

“La importancia del neuropsicólogo y de la enfermera en los equipos multidisciplinares que tratan la esclerosis múltiple”.

Este fue uno de los principales argumentos que se expusieron durante la I Jornada sobre Esclerosis Múltiple para Pacientes y Familiares celebrada en el Hospital Universitario de La Princesa de Madrid el pasado 15 de abril.

Según explicó José Vivancos, jefe del servicio de Neurología del Hospital de La Princesa de Madrid, los servicios de un profesional en neuropsicología son fundamentales para detectar si la fase de negación de la enfermedad se alarga demasiado. Todos los pacientes pasan por esta fase en un momento u otro, pero existen unos plazos “normales” y otros que no lo son tanto. Por este motivo, indicó Vivancos, el Hospital ha decidido contratar los servicios de un neuropsicólogo, que se incorporará a un equipo multidisciplinar, compuesto actualmente por dos neurólogos, una enfermera, una médico de rehabilitación y una neurobióloga. Con su ayuda, podremos detectar mejor las fases de negación de los pacientes y actuar al respecto. El neuropsicólogo, junto con un neurólogo y la enfermera, tendrá que insistir en la necesidad de superar esta etapa inicial exponiendo la realidad del diagnóstico, aportado una información veraz y siendo próximo al paciente.

El papel de la enfermera

Respecto a la proximidad con los pacientes, Vivancos también quiso subrayar el papel destacado de la enfermera, verdadero enlace entre el paciente y la unidad multidisciplinar, además de ser quien se encarga de informar de los aspectos técnicos de la enfermedad, de los tratamientos, de su administración y del control de la adherencia al tratamiento del paciente. En este sentido, Beatriz del Río, la enfermera de la unidad de esclerosis múltiple del Hospital de La Princesa, intervino explicando que los objetivos de la enfermera son “fomentar la autonomía del afectado, educar sobre cómo afrontar la enfermedad y mantener su calidad”. El proceso de relación entre paciente y enfermera pasa por tres fases: la preliminar, cuando empiezan a conocerse y a confiar el uno con el otro, la del trabajo, cuando ya se ha consolidado la confianza y se determina un plan de acción, y la de terminación, cuando se lleva a cabo el seguimiento del afectado según las directrices establecidas, concluyó del Río.

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