La microbiota intestinal y la esclerosis múltiple
Cada vez hay más estudios que apuntan a una relación entre la composición de la microbiota intestinal y algunas enfermedades inflamatorias del sistema nervioso central como la esclerosis múltiple. Esto ha propiciado que se investiguen nuevas vías terapéuticas para el tratamiento de esta enfermedad.
Las enfermedades autoinmunes son aquellas en las que se produce una alteración del sistema inmune, que ataca por error al propio organismo. La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa y autoinmune en la que el sistema inmune ataca por error la mielina, una substancia lipídica que se encuentra en el cerebro y la médula espinal y facilita la conducción del impulso nervioso. Actualmente, todas las terapias aprobadas ejercen su acción actuando sobre el sistema inmune.
La microbiota intestinal, conocida también como flora intestinal, es el conjunto de microorganismos que viven en el intestino, así como sus genes, proteínas y productos metabólicos.
La composición del perfil de microorganismos de la microbiota está influenciada por varios factores, entre los que se incluyen el perfil genético de cada uno, la ubicación geográfica, la dieta, los fármacos o incluso distintas patologías.
La microbiota intestinal participa en procesos biológicos de gran importancia hasta el punto de ser casi considerada como un órgano más de nuestro organismo.
Alteración de la microbiota intestinal en personas con EM
Diversos estudios han mostrado que la microbiota intestinal de las personas con EM está alterada. Esto quiere decir que hay un desequilibrio en la composición de las distintas cepas o tipo de microorganismos que componen la microbiota en comparación con la de personas que no tienen EM. Este desequilibrio favorecería aquellas cepas que parecen promover procesos de activación inflamatoria.
Otros estudios realizados en modelos experimentales de EM han mostrado que la alteración de la microbiota intestinal disminuiría la actividad de las células Treg o linfocitos T reguladores, un tipo de células del sistema inmune que actúan atenuando la respuesta inflamatoria.
De este modo, la alteración de la microbiota intestinal podría producir la activación de la respuesta inmunitaria e inflamatoria que podría participar en la autoinmunidad propia de la EM.
Actuar sobre la microbiota, posible vía terapéutica
Los investigadores creen que actuar sobre la microbiota intestinal podría ser una potencial vía terapéutica, ya que puede producir un efecto tanto en la progresión como en el manejo de los síntomas de la EM.
Entre los posibles agentes terapéuticos que se están investigando están:
- Suplementos dietéticos
- Probióticos
- Antibióticos específicos
- Trasplante de Microbiota Fecal (TMF)
El TMF consiste en la introducción de una solución de materia fecal procedente de un donante, debidamente procesada, en el tracto gastrointestinal de la persona con EM con el objetivo de corregir su actividad pro-inflamatoria.
Aún está también por dilucidar si esta estrategia terapéutica será efectiva para todas las enfermedades autoinmunes y qué efectos secundarios, a corto y largo plazo, pueden derivarse del uso de estas terapias.
La modificación de la microbiota intestinal en la EM es una vía de investigación prometedora. Ahora las investigaciones se centran en caracterizar mejor el perfil microbiano del intestino de las personas con EM en comparación con la microbiota intestinal de personas sanas, así como con otras enfermedades autoinmunes.
Se trata de comprender qué perfil de microorganismos contribuyen al estado pro-inflamatorio y la falta de anti-inflamación y, en definitiva, entender mejor el papel de la microbiota sobre la autoinmunidad y la EM.
Fuente:
Trevor O. Kirby & Javier Ochoa-Repáraz. The Gut Microbiome in Multiple Sclerosis: A Potential Therapeutic Avenue. Med Sci (Basel). 2018; 6(3): 69. doi: 10.3390/medsci6030069
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Estan estudiando algun tipo de cura?