La ataxia y los temblores, dos problemas de coordinación comunes en la esclerosis múltiple

Casi todos los afectados de EM desarrollan, en algún momento y en diferentes grados, ataxia y problemas con la coordinación de los movimientos. Mientras que la debilidad y la espasticidad son síntomas que inciden directamente en la capacidad de mover una extremidad, la ataxia y los temblores afectan al movimiento en sí mismo, dificultando su control aunque el afectado conserve la fuerza. Todos estos síntomas pueden ser causantes de discapacidad. ¿Qué hay que saber para gestionarlos con eficacia?

¿Qué es la ataxia?

Ataxia es un término griego que significa “falta de orden”. En neurología, esta palabra se utiliza para describir la descoordinación de los movimientos; los pacientes con ataxia pierden control sobre los movimientos, de tal manera que estos se hacen menos suaves e, incluso, les puede ser difícil iniciar y detener un movimiento. La ataxia puede afectar a todos los movimientos, pero es más fácil que se observe en actividades que requieren movimientos de una gran precisión como, por ejemplo, escribir, utilizar los cubiertos o coger objetos pequeños.

¿Qué es el temblor?

El temblor se describe como un movimiento de sacudidas rítmicas que la mayoría de veces afecta a brazos y manos de los afectados de EM, y que no debe confundirse con el de la enfermedad de Parkinson. Las manifestaciones más comunes de temblor en la esclerosis múltiple son: el temblor postural, que aparece cuando se levanta una extremidad en contra de la gravedad, y el temblor de intención, que tiene lugar cuando se quiere coger un objeto y que, especialmente, puede causar discapacidad. En la EM, los temblores se asocian frecuentemente a la ataxia y, a pesar de tratarse de unos síntomas muy comunes (entre una cuarta parte y la mitad de las personas los sufren), solo son graves y causantes de discapacidad en una minoría (10 %).

Tanto los síntomas de la ataxia como los temblores se producen por el daño ocasionado por la enfermedad en el cerebelo y sus conexiones. Para realizar un movimiento coordinado fino se necesita la coordinación y sincronización de muchas acciones en diferentes músculos. Este control fino se lleva a cabo principalmente por el cerebelo, que conecta con muchas otras áreas del sistema nervioso. En el momento en que el cerebelo resulta afectado por la esclerosis múltiple, la red de conexiones nerviosas queda dañada y se origina la falta de coordinación de movimientos.

Algunas estrategias para gestionar la ataxia y los temblores

Mientras que muchos síntomas de la EM -como el cansancio- no son perceptibles por los demás, los temblores y la ataxia son claramente visibles y pueden tener un impacto negativo en la autoestima del paciente.

Los afectados con temblores y ataxia corren el riesgo de dejar de relacionarse socialmente, ya que intentarán evitar las situaciones públicas por vergüenza.

Los que sufren este problema en una forma más grave pueden perder la independencia en la realización de actividades de la vida diaria y en la autogestión de la salud. En estos casos, es necesario que un profesional de la salud (un neurólogo o un enfermero o enfermera especializado) evalúe el impacto de estos síntomas de ataxia en la vida de la persona con EM. Aunque hoy por hoy no existe una medicación claramente efectiva para controlar o hacer desaparecer los temblores y la ataxia en la esclerosis múltiple, algunos fármacos han demostrado tener un éxito parcial en algunas personas. Conocer el tipo de temblor y la gravedad es importante para indicar las terapias más apropiadas, entre las que se incluyen los tratamientos quirúrgicos en algunos casos seleccionados, así como evitar los efectos secundarios innecesarios de otros fármacos que se estén tomando.

Una evaluación de terapia ocupacional también puede ayudar al afectado a gestionar la ataxia y los temblores en sociedad. Por otra parte, la rehabilitación y la fisioterapia pueden ser útiles para algunas personas. Aunque frecuentemente no resuelven completamente ni los temblores ni la ataxia, los afectados pueden utilizar algunas estrategias para conseguir que los síntomas estén bajo control, mejorar el funcionamiento y continuar realizando las actividades de la vida diaria tan independientemente como sea posible.

Estrategias de fisioterapia para los síntomas de ataxia

Algunos ejemplos de las estrategias que los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales pueden valorar e indicar son:

  • Inmovilización: se pueden utilizar soportes y abrazaderas en las articulaciones para estabilizarlas en una postura. Por ejemplo, en el tobillo o en el pie pueden dar más estabilidad a la persona cuando está de pie; o en la muñeca, mano o brazo, permitir a los afectados comer, escribir o realizar otros trabajos similares. De esta manera, se reduce el movimiento causado por los temblores.
  • Añadir peso: cuando se intenta coger un objeto más pesado, se utilizan más músculos para estabilizar un punto distante del cuerpo, como las manos. A algunas personas con EM puede serles útil emplear utensilios de cocina y objetos de escritorio con más peso del habitual.
  • Utilizar equipos adaptados: para que las tareas en el hogar o en el trabajo sean más fáciles y seguras, se pueden utilizar picaportes o utensilios grandes de cocina, cremalleras en lugar de botones en la ropa, y manteles individuales antideslizantes debajo de los platos, por ejemplo. También se puede recurrir a usar dispositivos de manos libres o que se activen por la voz.

En resumen, la ataxia y los temblores son dos síntomas que pueden llegar a causar discapacidad en algunos pacientes. Aunque no existe un tratamiento médico óptimo, es importante detectar estos síntomas de ataxia para poder mejorar los problemas que se derivan. En el camino hacia esta mejoría es importante la acción conjunta de un equipo multidisciplinario, donde intervendrán fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales que pueden indicar las mejores estrategias para disminuir estos síntomas en el día a día de cada persona.

Fuente de información:

Temblores y ataxia en la EM. MS in focus, Multiple Sclerosis International Federation. Núm. 13. 2009 [acceso: 10 de marzo de 2014]. Disponible en: http://www.msif.org/…

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