¿La alimentación influye en los síntomas de la esclerosis múltiple? (Segunda parte)
¿La alimentación influye en los síntomas de las personas con esclerosis múltiple? Existen numerosos estudios que hablan del papel de la nutrición sobre diferentes síntomas de la enfermedad. A continuación, detallaremos aquellos síntomas sobre los cuales determinados alimentos pueden tener un papel importante.
Estreñimiento
A pesar de que los estudios publicados sobre el tratamiento del estreñimiento en enfermedades neurodegenerativas con fibras dietéticas son contradictorios, una ingesta correcta de fibra en la dieta puede ayudar a controlar la sintomatología y evitar sus complicaciones. Las recomendaciones generales que se pueden establecer son: 3 raciones de verdura al día, 2 raciones de fruta al día, 6 raciones de cereales preferiblemente integrales en forma de pan, cereales para desayunar, arroz o pasta y 4-5 raciones de legumbres a la semana. Una dieta rica en fibra debe ir acompañada de un aumento en la ingesta de agua siempre y cuando no esté contraindicado.
Incontinencia fecal
La bibliografía habla de que hasta un 70% de las personas afectadas de esclerosis múltiple sufren durante el curso de su enfermedad algún episodio de incontinencia fecal.
Una intervención mediante medidas dietéticas puede hacer que la persona afectada controle la sintomatología. Esta intervención consistirá en restringir aquellos alimentos que puedan incrementar los episodios de incontinencia (cafeína, alcohol, bebidas con gas) e incrementar aquellos alimentos que contengan más cantidad de fibra soluble con el objetivo de incrementar la consistencia de las heces; algunos serían el arroz, los garbanzos, las berenjenas, la zanahoria o el puré de manzana.
Incontinencia urinaria
Muy frecuentemente la EM da síntomas urinarios en forma de polaquiuria (incremento en la frecuencia miccional), urgencia y episodios de incontinencia urinaria. Vigilar el tipo de dieta nos puede ayudar a controlarlos. Las recomendaciones generales a tener en cuenta son: Evitar la utilización de alimentos y bebidas que sean diuréticos, es decir, aquellos que aumenten la secreción urinaria (vegetales del tipo; endivias, alcachofa, apio, brócoli, ajo y cebolla, y frutas como pera, uva, melón y sandía) y disminuir el consumo de estimulantes (café, tónica, té, chocolate, alcohol).
Fatiga
La fatiga se ve influenciada por la edad, la condición física, la comida, estado psicológico. Existen una serie de medidas nutricionales que pueden mejorar la sensación de fatiga como: evitar comer en exceso, aumentar la frecuencia de comidas y disminuir las cantidades, realizar una dieta pobre en grasas para disminuir el gasto energético, evitar el sobrepeso y asegurar un aporte correcto de nutrientes. Una dieta equilibrada ayudará a controlarla.
Disfagia
Para controlar las dificultades en la deglución existen una serie de medidas compensatorias que evitarían el riesgo de broncoaspiración. Serían: evitar alimentos de dobles texturas (sólido-líquido), como sopa con pasta, leche con galletas, naranjas, los alimentos con piel como legumbres, frutas, maíz; alimentos que se fraccionan en partículas como galletas o aquellos que sean empalagosos (pan del molde), o bien aquellos alimentos que tengan poco peso como la lechuga.
Espasmos musculares. Incrementar el consumo de alimentos que aporten magnesio (frutos secos, soja, semillas de girasol, germen de trigo) puede ayudar a disminuir los espasmos musculares.
Cabe añadir que, aunque los estudios analizados no son concluyentes, parece ser que, de alguna forma, un control nutricional podría ser positivo para controlar los síntomas de la esclerosis múltiple.
Por Cinta Zabay, enfermera.
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