Esclerosis múltiple y trabajo. Cómo gestionar la vida laboral

La relación entre esclerosis múltiple y trabajo puede variar, ya que los efectos de la EM impactan en la vida laboral en mayor o menor medida según el tipo de empleo y los síntomas que se experimenten. Sin embargo, con medidas adecuadas y personalizadas se puede seguir trabajando mientras se desee.

Esclerosis múltiple y trabajo son un tándem complejo ya que esta se manifiesta de forma diferente en cada persona y sus síntomas pueden afectar al desarrollo habitual del día a día. Así, la vida laboral de las personas con EM puede verse alterada y las personas trabajadoras pueden afrontar más dificultades que sus compañeros y compañeras para llevar a cabo sus tareas. Esta complicación dependerá de cada tipo de EM, de los síntomas o recaídas que se experimenten habitualmente y del tipo de trabajo que se realice.

Esta situación lleva a muchas personas con EM a abandonar sus puestos de trabajo o a reducir su jornada. Sin embargo, también se ha establecido una relación entre la baja productividad laboral, el aumento de comorbilidades y una menor calidad de vida. Por ello, es importante saber de qué manera se puede adaptar el trabajo a la realidad de la EM para que las personas que lo deseen puedan continuar trabajando.

 

¿Por qué trabajar con EM?

La mayoría de las personas con esclerosis múltiple reciben el diagnóstico entre los 20 y los 40 años, en plena etapa laboral y con toda una carrera por delante. Así, el horizonte de tener que abandonar el trabajo puede contribuir a la aparición de episodios depresivos, dada su estrecha vinculación con la autoestima.

Además, en los últimos años se han realizado investigaciones que vinculan la calidad de vida y la productividad laboral con los tratamientos modificadores de la EM. De esta manera, se establece que al controlar los síntomas y evitar la progresión de la discapacidad, estas terapias pueden mejorar el nivel de empleabilidad de las personas con EM.

De todos los efectos de la esclerosis múltiple, el que tiene más efecto sobre la vida laboral es la fatiga, que experimentan hasta un 70% de las personas con EM. En este sentido, disponer de flexibilidad en el trabajo puede facilitar el mantenimiento del empleo. Hacerlo, puede suponer beneficios como:

  • Reconocimiento e inclusión social. El trabajo contribuye a la gestión del tiempo, la creación de hábitos y al desarrollo de las relaciones sociales.
  • Desarrollo profesional. Centrarse en sus habilidades y capacidades hace que las personas con EM no se queden obcecadas en las posibles dificultades que puedan afrontar.
  • Aumento de la autoestima. Desarrollar los talentos profesionales y hacerlo en equipo contribuye a la consideración que tienen las personas con EM de ellas mismas y afecta positivamente en el estado de ánimo.
  • Independencia económica. Tener fuentes de ingreso propias mejora la idea de autonomía de las personas y, por lo tanto, contribuye a una mejor autoestima y salud emocional.

Para lograr estas ventajas, es importante considerar varios aspectos a la hora de trabajar con esclerosis múltiple.

Esclerosis múltiple y trabajo. Consejos

Trabajar con EM puede plantear algunos retos, pero si se desea hacerlo, el aspecto principal para tener en cuenta será tener cuidado de uno mismo en el puesto de trabajo.

Habitualmente, la conciliación de la EM y el trabajo conlleva un cambio o una reducción de la jornada laboral, para evitar la fatiga y concentrar los esfuerzos en los momentos de mayor energía. Otra opción es trabajar desde casa, en los puestos que lo permiten. Aunque este formato pierde parte del contacto social, concede otras facilidades como evitar desplazamientos en horas punta o flexibilizar el horario de entrada y salida para evitar el estrés.

En el caso de optar por ir al puesto de trabajo, es importante seguir algunos consejos:

  • Parar siempre para comer.
  • Aprovechar la hora de comida para relajarse y recargar energía.
  • No desplazarse en los momentos de hora punta.
  • Informarse sobre las posibilidades de trabajo compartido, antes de aceptar un horario parcial o un cambio de empleo.
  • Hacer pausas regulares para combatir la fatiga.
  • Optimizar la energía, evitando tareas innecesarias y priorizando las más importantes en los momentos más energéticos.

Además de las medidas para uno mismo, también será importante comunicar a la empresa y a los compañeros y compañeras los cambios que necesitas y las implicaciones que tiene la EM en tus funciones.

 

Referencias:

1 comentario

  1. Noemi Morales Nuñez dice:

    ¿Y qué pasa cuando en el trabajo no toman en serio la EM y, por tanto tus peticiones/necesidades? ¿Cuando te tomas una baja durante un brote y te da la sensación de que tus superiores piensan que es cuento o que eres una blanda? Ojalá fuera siempre tan fácil. Esta posición, por parte de algunas empresas, personalmente, me provoca un sentimiento de culpabilidad y me lleva pensar, e incluso creer, que tengo la obligación de justificarme en todo momento, resultando realmente incómodo. Espero y deseo que esto sea en el menor de los casos.

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