Esclerosis múltiple. Un paseo por 150 años de historia

La esclerosis múltiple se describió por primera vez en 1868. Afortunadamente, los instrumentos de detección y los tratamientos han evolucionado mucho desde que se registró el primer caso. Hoy en día aún se sigue investigando activamente sobre esta afectación.

Los orígenes

Los primeros indicios de personas con esclerosis múltiple (EM) se remontan al siglo XIV. No obstante, no fue hasta 1868 que el profesor francés Jean-Martin Charcot, conocido como el “padre de la neurología”, describió oficialmente la enfermedad. Su interés nació a raíz de una extraña afectación que sufrió su asistenta: temblores, dificultad al hablar y movimientos de ojos anómalos. Desgraciadamente, la asistenta murió. Justamente fue gracias a la autopsia, que el doctor Charcot descubrió y describió las placas características que se forman en el cerebro de las personas con EM y relacionó dichas placas con los síntomas que presentaba su asistenta. Había empezado un período de investigación que hoy en día aún perdura.

Unos años más tarde, a finales del siglo XIX, la EM ya había traspasado las fronteras y era conocida tanto por médicos europeos como por médicos americanos.

A pesar de eso, aún existían muchas dudas al respecto, como por ejemplo: ¿cuál era la causa de la enfermedad?, ¿cuál era el mecanismo a través del que se producían las lesiones? o ¿por qué se manifestaba de manera tan diferente en cada paciente?

Una enfermedad no hereditaria

Lo único que se sabía con certeza era que afectaba más a las mujeres y que no se transmitía de padres a hijos. A principios del siglo XX se pudo analizar por vez primera un cerebro a nivel microscópico. Fue el patólogo escocés, el doctor James Dawson, quien en 1916 describió la inflamación presente en los vasos sanguíneos cerebrales y los daños en la mielina del cerebro de las personas con EM. Un poco más tarde, en 1925, lord Edgar Douglas Adrian demostró que las afectaciones en la mielina provocaban errores en la transmisión de la información a través de los axones. Tres años antes, el neurocientífico español Pío del Río Hortega había descubierto los oligodendrócitos, es decir, las células que generan la mielina. Los síntomas de la EM dejaban de ser un fenómeno considerado como aleatorio. Aquellas investigaciones pioneras se convirtieron en la base del conocimiento que se tiene sobre la EM en la actualidad.

¿Qué causaba el daño en la mielina?

Pero, ¿qué causaba este daño en la mielina? En un primer momento, se creía que se trataba de una toxina o de un virus. Durante la década de 1930, el doctor Thomas Rivers, del New York’s Rockefeller Institute, demostró que los síntomas de la EM se podían reproducir haciendo que el sistema inmunológico atacara a la mielina. Un gran avance para la ciencia.  De esta forma consiguió que unos años más tarde se probaran varios fármacos que actúan sobre el sistema inmunológico y que permiten controlar la enfermedad.

Los avances en la investigación

Dejando de lado las investigaciones iniciales sobre la enfermedad, la primera asociación de enfermos se creó en 1945. Se trata de la US National MS Society, creada gracias a Sylvia Lawry. La señora Lawry, con el objetivo de encontrar algún tratamiento que ayudara a su hermano, que sufría EM, publicó un anuncio en el New York Times. El anuncio decía: “Esclerosis Múltiple: si alguien se ha recuperado, contacte por favor con el paciente”. La señora Lawry recibió hasta 50 respuestas de personas que también buscaban soluciones. Eso hizo que decidiera fundar una organización. Consiguió reunir once neurólogos de prestigio que sentaron las bases para tratar la EM. Posteriormente, fundó otras sociedades de pacientes por todo el mundo, que durante muchos años han tenido un papel decisivo en la financiación de la investigación de la EM.

La escala de la discapacidad

En lo que se refiere a la evaluación de la EM, hay que destacar la aportación del doctor Elvin Kabat, de la Universidad de Columbia (EEUU). Kabat recibió la primera beca de investigación otorgada por la Association for Advancement of Research in MS. En 1947 descubrió que las personas con EM producían una proteína muy poco usual –las bandas oligoclonales– en el líquido cefalorraquídeo. Este descubrimiento impulsó el uso de las punciones lumbares como herramienta de diagnóstico. Por otro lado, en 1960 el neurólogo John Kurtzke desarrolló el Expanded Disability Status Scale (EDSS). Se trata de una escala para medir el grado de discapacidad y las partes del sistema nervioso central afectadas. Todavía hoy sigue usándose en las consultas de neurología. En aquella misma década aparecieron las primeras técnicas de imagen, y durante los años 70 los radiólogos empezaron a utilizar la tomografía computarizada (TC) para analizar el cerebro. Poco tiempo después, a finales de la década, la TC dejó paso a la resonancia magnética (RM). Es una nueva técnica de imagen que genera imágenes mucho más definidas. Hoy en día la RM cerebral es una herramienta básica para diagnosticar la EM.

Los últimos años

Finalmente, por lo se refiere al tratamiento, antes de la década de 1990 consistía básicamente en combatir la gran variedad de síntomas: los brotes, la fatiga, la depresión, los espasmos musculares y el dolor se aliviaban con esteroides, medicación contra el dolor, fisioterapia y antidepresivos. En 1993 se hizo un paso muy importante: Fue aprobado el primer tratamiento modificador de la enfermedad (DMT, por sus siglas en inglés): el interferón beta. Este tratamiento logró reducir el número de brotes y su agresividad, por lo que prevenía daños permanentes en el sistema nervioso central. Desde entonces, el tratamiento ha cambiado considerablemente: en 2008 había 6 DMT disponibles, aunque todos se suministraban de forma parenteral (inyectados o por infusión intravenosa). A día de hoy tenemos hasta 15 DMT y, aunque no hemos encontrado un tratamiento que la cure, la aparición de nuevos fármacos en los últimos años ha producido un cambio sustancial en el control de la enfermedad.

Las personas afectadas por EM tienen en el horizonte un panorama mucho más optimista que años atrás gracias a la aparición de esas nuevas terapias.

La esperanza de vida en la esclerosis múltiple

En 1948 la esperanza de vida era sólo de 17 años después de ser diagnosticado; actualmente la esperanza de vida de una persona afectada por EM es muy similar a la de personas no afectadas. En ese sentido, hace menos de 50 años sólo un 20% de los afectados por EM podían seguir trabajando, mientras que actualmente el 50% pueden trabajar con normalidad. Unos avances que 150 años atrás parecían imposibles pero que actualmente son una realidad. Gracias a los avances en inmunología (la ciencia del sistema inmunológico), en epidemiología (el estudio de los patrones de la enfermedad en la población) y en genética (el estudio de los genes y de la herencia), nuestro conocimiento continúa creciendo y cada día estamos más cerca de encontrar la curación de la EM, un hito que cuando el profesor Charcot hizo la primera descripción parecía impensable.


Acceso al documento original:

Multiple Sclerosis in 150 years. How did we get there? http://www.livinglikeyou.com/
Disponible en: http://www.livinglikeyou.com/en/stories/detail/multiple-sclerosis-in-150-years-howd-we-get-here

Revisado por: Angela Vidal Neuróloga
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