Los investigadores realizaron seguimiento de la discapacidad de las personas con EM y de las imágenes de resonancia magnética durante una media de 11 años.
Se constató que las personas que habían recibido el tratamiento de esclerosis múltiple en los primeros seis meses después de la aparición de los primeros síntomas tenían la mitad de riesgo de tener discapacidad avanzada respecto a las que lo habían comenzado más de 16 meses después. Por ejemplo, tenían mayor movilidad. También fuerza en las extremidades, menos alteraciones del sueño, menos fatiga y ansiedad, y mejor función cognitiva.
Por otra parte, se observó que, en las personas con terapia precoz, la esclerosis múltiple permanecía estable durante más tiempo respecto a las que la habían recibido 16 meses después. Además, las personas con tratamiento temprano tenían un 60% menos riesgo de evolucionar hacia esclerosis múltiple secundaria progresiva. En este tipo de EM los síntomas empeoran de forma constante, y no solamente cuando existen brotes.
En concreto, un 7% de los pacientes que recibieron la terapia antes de seis meses realizaron esta progresión. Esta cifra aumentaba hasta el 23% en las personas con EM que la iniciaron más de 16 meses después.
“Nuestros resultados son los primeros en mostrar que, cuando se empiezan a mostrar síntomas, cuanto antes comencemos el tratamiento, mejor. Incluso antes del diagnóstico definitivo de esclerosis múltiple”, explica el Dr. Álvaro Cobo-Calvo, neurólogo del Cemcat y del Servicio de Neurología del Hospital Universitari Vall d’Hebron, investigador principal del grupo de Neuroinmunología Clínica del VHIR y primer autor del estudio. “De esta forma, la progresión de la EM será más lenta y disminuirá la discapacidad que los pacientes padecen años después. Por eso es esencial también promover la detección precoz de la esclerosis múltiple”, añade.
Debe iniciar sesión para comentar.
¿Tienes una cuenta? ¡Inicia sesión ahora!
¿No tienes una cuenta? ¡Regístrate ahora!