Elisabet Ferrer: ‘Cada día me levanto y doy gracias porque estoy bien’
Elisabet Ferrer tiene 43 años y vive en Barcelona. Está diagnosticada de Esclerosis Múltiple desde hace 10 años. La enfermedad la ha obligado a dejar su empleo de peluquera canina y ahora se está formando para reorientar su carrera. Aspira a ser recepcionista o conserje y a trabajar media jornada.
-¿Cuándo la diagnosticaron?
– Hace 10 años. Entonces tenía 33 años. De repente, tuve un brote que me afectó de pelvis para abajo. Me podía pinchar con una aguja y no me enteraba. Y no sabía qué me pasaba ni por qué no me sentía las piernas y no entendía nada.
-¿A qué se dedicaba profesionalmente en aquel momento?
– Yo entonces era peluquera canina y levantaba pesos de 50 quilos y hasta de 80. Al principio lo hacía sola pero después empecé a tener problemas de espalda y tuve que pedir ayuda.
– ¿Cómo afrontó el diagnóstico?
-La primera noticia fue un golpe duro y difícil de afrontar. Me preguntaba por qué me ha tocado a mí y gracias a mi madre recibí toda la información que debía recibir sobre la enfermedad. Además, inicialmente, los médicos me querían dar interferón pero yo había sufrido una fuerte hepatitis a los 13 años que me dejó el hígado afectado, y al final, me acabaron recetando el Copaxone y estoy contenta porque desde que tomo este medicamento se han acabado los brotes. Me encuentro bien, tengo mis días, los cambios ambientales me afectan mucho y tengo fatiga pero estoy bien.
– ¿Cómo lleva la fatiga?
– Veo que no aguanto una jornada de 8 horas de trabajo. Por eso me estoy enfocando a buscar empleo de media jornada. Ahora estoy haciendo un curso de telemárqueting y también pienso en buscar empleo de recepcionista para estar un poco más tranquila porque trabajar en un call center también puede ser estresante. Estoy en un momento de cambio.
– ¿Cuánto hace que dejó de trabajar de peluquera canina?
-Hace 4 años. Después del brote seguí trabajando en la peluquería canina. Mientras tanto, fui sufriendo brotes. He tenido brotes de vista y veía doble; brotes de pies, caminaba descalza por el parqué y me sentía como si caminase sobre piedras… He tenido brotes de diferentes tipos y no he dejado de trabajar por los brotes.
– ¿Y por qué dejó de trabajar?
– Porque hace 4 años me reconocieron la discapacidad y me prohibieron continuar con el oficio que tenía. Todo esto me obligó a replantear mi vida laboral y además, coincidió de pleno con la crisis. Todos los estudios que había realizado hasta entonces y los másteres de peluquería canina pasaron a no tener ningún valor. Yo había pensado que toda la vida sería peluquera canina pero entonces contraje alergia al pelo de perro, al pelo de gato, al pelo de caballo&hellip.
-¿Y qué hizo?
-Mi madre me trajo a la Fundación Esclerosis Múltiple para que empezara a encarar mi futuro y comencé a hacer cursos. He realizado cursos de ofimática, de autogestión de las competencias, de atención al cliente. Los cursos animan a coger fuerzas, a cambiar el chip, a dejar de ir de víctimas.
– ¿Piensa que no se debe ir de víctima?
-Yo no he ido nunca de víctima ni me he escondido nunca de la enfermedad.
-¿Usted cuenta que tiene EM?
-Sí, lo explico.
-¿Y cómo reacciona la gente?
-La gente piensa que estoy bien. Muchas veces me dicen “pero si tienes muy buena cara” y yo digo pero se sufre en silencio. Mucha gente me dice que, a pesar de todo, estoy muy bien. Y tienen razón.
-¿Qué quiere decir?
– Que yo tengo una Esclerosis Múltiple muy leve. Lo veo si me comparo con otras personas que sufren la enfermedad. Básicamente porque de todos los brotes que he tenido ninguno me ha dejado secuelas visibles o que yo note. Cada día me levanto y doy gracias porque estoy bien. Y, a la vez, me he vuelto más sensible con la gente invidente y con la gente que va en silla de ruedas. Si veo que tienen algún problema salgo enseguida a ayudarles.
-¿Cómo afronta el futuro?
-Intento verlo bien pero tengo una economía muy mínima. Tengo una pensión de 354 € y con esto tengo que vivir. Mi pareja está en el paro y menos mal que el piso es de mi padre. Por eso lo que más me preocupa ahora es la parte económica y pienso que yo, con mi discapacidad, tengo más oportunidades de encontrar empleo que mi pareja, que tiene 51 años y ninguna discapacidad.
-¿Cómo vive su pareja la enfermedad? ?
-Muy bien, me ayuda en todo y siempre ha estado a mi lado.
-¿Y su madre?
– Mi madre sufre fibromialgia. Tanto ella como yo tenemos una gran tolerancia al dolor. Ella ha entendido muy bien la enfermedad. En cambio, mi padre no la ha entendido. Resulta que conoce a una persona con Esclerosis Múltiple que se encuentra muy bien, que puede trabajar 8 horas al día, que ha tenido hijos,… Y nos compara con esta persona y no entiende que cada caso es un mundo. Con todo lo que veo, pienso que estoy muy bien.
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