Derribar las barreras de la comunicación con esclerosis múltiple

Cuando se tiene esclerosis múltiple, la persona con EM puede sentir que los demás no entienden lo que le ocurre y puede tener dificultades para comunicarlo. Por su parte, a la familia, a los amigos o a los compañeros de trabajo les puede costar entender una enfermedad impredecible y cambiante como la EM.

La convivencia con personas con EM puede generar, en ocasiones, malentendidos. Identificar cuáles son los impedimentos para poder comunicarse y tener estrategias para superarlos es fundamental para mejorar la calidad de vida de la persona con esclerosis múltiple y su entorno.

Desafíos cognitivos

Los cambios en las funciones cognitivas pueden afectar a la capacidad para comunicarse. De hecho, aproximadamente la mitad de las personas con esclerosis pueden tener cambios cognitivos. Los más frecuentes son:

• La velocidad de procesamiento de la información.
• La atención compleja (prestar atención cuando existen distracciones).
• La capacidad para aprender información nueva y recordarla.
• El control ejecutivo.
• La fluidez verbal.

Estos cambios pueden pasar desapercibidos, pero tienen un profundo impacto en la comunicación, especialmente porque se ha comprobado que, en la mayoría de ocasiones, las personas con EM tienden a subestimar sus capacidades cognitivas.

Antes que nada, es imprescindible identificarlos. Someterse a una evaluación neuropsicológica si se sospecha que existen alteraciones cognitivas resolverá dudas. Para mitigarlos, la rehabilitación cognitiva ha demostrado ser efectiva.

Aprender a escuchar

Es importante también modificar la manera de comunicarse para un mayor entendimiento. Saber escuchar es el primer paso para lograrlo. Poner en práctica las siguientes recomendaciones permite mejorar la habilidad de escuchar:

• Evitar hacer varias cosas a la vez cuando se escucha a alguien. Debe prestarse atención a la persona con la que se está hablando.
• Pedir a la persona que habla ir más despacio o repetir lo que ha dicho si no se ha entendido bien.
• Parafrasear aquello que la persona ha dicho, especialmente si está preguntando o pidiendo algo. La repetición o la reformulación ayudan a comprobar que se ha escuchado la información correctamente y a retener en la memoria los datos más importantes.

Empatizar con los demás

La empatía es esencial para asimilar aquello que hemos escuchado y poder responder entendiendo la perspectiva de la otra persona. Las palabras y el tono escogidos influyen en la percepción que el otro tiene de aquello que decimos. Por ejemplo, si estamos hablando por teléfono con alguien y queremos interrumpirlo, en vez de: “tengo que hablar contigo” es mejor decir: “sé que ahora estás ocupado, pero tengo que decirte algo”. De esta forma, la otra persona sentirá que entendemos su situación y se sentirá más cómoda hablando.

La misma fórmula puede aplicarse a una petición que tengamos que hacer. Si queremos que alguien nos ayude a realizar alguna tarea y la persona está haciendo otra cosa, podemos formularlo de la siguiente manera: “Sé que ahora estás ocupado, ¿pero podrías…?”, indicando que tenemos constancia de lo que estaba haciendo.

Dar la opinión sobre los comportamientos que nos molestan

Es importante no omitir las actitudes o los comentarios del otro que nos molestan. No hace falta que sea una recriminación, puede ser una descripción objetiva de lo que ha sucedido y las consecuencias que tiene para nosotros. De esta manera, evitamos que el otro se ofenda o se ponga a la defensiva.

Para ser respetuoso con la otra persona y mejorar la comunicación, nuestra opinión puede ir precedida de fórmulas que indiquen empatía.

Por ejemplo, si una persona prometió ir a buscar un medicamento y no lo ha hecho es aconsejable dar nuestra opinión de la siguiente manera: “Cuando dices que bajarás a la farmacia y no lo haces…” o “Cuando te he pedido varias veces que me compres la medicación y dices que lo harás, pero no lo haces…” y evitar expresiones del tipo: “Cuando eres un vago…” o “Cuando me mientes…”.

Debemos especificar las consecuencias del comportamiento que nos ha molestado. Si aquello que la otra persona no ha hecho, se queda sin hacer o nos afecta emocionalmente, debemos decirlo. Siguiendo con el ejemplo anterior: “Cuando dices que bajarás a buscar la medicación y no bajas, tengo dolores musculares” o “Cuando te he pedido varias veces que me compres la medicación y no lo haces, me siento ignorado”.

Pedir cambios de manera positiva

Si ciertas actitudes nos molestan, es lícito pedir que las cambien. Después de dar nuestra opinión, podemos pedir de manera positiva a la persona que cambie su comportamiento e informar de las consecuencias que este cambio tendría para nosotros. Por ejemplo, podríamos formularlo de la siguiente manera: “Si pudieses bajar a por la medicación, me encontraría mejor y te lo agradecería”.

Así, poniendo en conjunto toda la información detallada previamente: “Sé que tienes muchas cosas en la cabeza, pero cuando te olvidas de ir a buscar mi medicación, me encuentro mal y tengo dolor. Si pudieses ir a buscar la medicación cuando te lo pido, me encontraría mejor y realmente te lo agradecería.”

La comunicación es un intercambio de información en el que la empatía juega un rol fundamental. La esclerosis múltiple puede provocar que las personas que la tienen y su entorno levanten barreras que impiden la comunicación por la dificultad de entender la perspectiva del otro. Sin embargo, de forma activa podemos derribar estas barreras con claridad y empatía.

Referencia

MS and Cognition. MS in Focus. Disponible en: https://www.msif.org/wp-content/uploads/2014/09/MS-in-focus-22-Cognition-English1.pdf