Fatiga

Fatiga

La fatiga es un síntoma frecuente entre las personas con EM, presente hasta en un 80% de los afectados, pero se presenta con diferentes niveles de intensidad en cada caso. Además, pueden darse episodios crónicos y agudos.

En algunas personas, puede darse un cansancio extremo y en otros puede empeorar otros síntomas como problemas de movilidad, espasmos o falta de concentración.

La fatiga se manifiesta como una falta de energía física o mental, lo que normalmente se refleja en un agotamiento en la persona con EM. Con la fatiga se pueden ver agravados otros síntomas de la esclerosis múltiple, como los problemas de memoria, los trastornos visuales o la movilidad.

La fatiga, por sí misma, nos dificulta la realización de tareas necesarias para nuestro día a día, ya sean simples o complejas.

La fatiga afecta también al estado de ánimo de las personas con EM y su bienestar psicológico, cognitivo y social. Estas personas pueden reducir su tiempo dedicado a ocio o en socialización, así como sentirse culpables por no ser capaces de hacer ciertas tareas, lo que conlleva un deterioro de su bienestar general.

Hay diferentes causas para la fatiga en relación con la esclerosis múltiple, divididas en:

1. La fatiga primaria, que se crea por la acción directa de los daños al sistema nervioso. Esta tiene unas características que la hacen resaltar frente a otros tipos de fatigas:

  • Tiende a aparecer de forma diaria o muy habitual.
  • Puede aparecer por las mañanas, aunque el descanso haya sido correcto.
  • Tiende a empeorar según avanza el día y ante el incremento del calor y la humedad.
  • Aparece con rapidez y facilidad.
  • Suele ser más grave que una fatiga normal.
  • Causa más problemas con las responsabilidades diarias de las personas.

2. La fatiga secundaria, que se puede desarrollar a raíz de otros efectos de la enfermedad aparte de los daños al sistema nervioso. Los síntomas que causan un descanso nocturno incorrecto, como la incontinencia o los espasmos nocturnos, pueden contribuir a la aparición de la fatiga. La depresión también es un factor a considerar, además de la fatiga derivada del esfuerzo de algunos afectados para realizar tareas de la vida cotidiana.

La fatiga puede afectar de manera significativa el funcionamiento normal de las personas en el ámbito doméstico o en el trabajo y es una de las principales causas que mueven a las personas con EM a dejar el trabajo.

La fatiga, además, es un síntoma que puede ser mal interpretado por las personas de nuestro entorno: nuestros amigos o compañeros a veces la interpretan como parte de una depresión o piensan que el síntoma es exagerado, que la persona lo podría superar con más fuerza de voluntad.

La fatiga también suele estar relacionada con otros síntomas de la EM, a veces también como efecto secundario de otras medicaciones, y su tratamiento puede estar ligado al tratamiento de otros síntomas.

Es fundamental consultar a nuestro médico para identificar las causas y encontrar el tratamiento adecuado para cada persona. Algunas opciones que desde la consulta nos pueden recomendar son:

  • Medicación adecuada bajo prescripción.
  • Terapia ocupacional, redistribución de tareas a lo largo del día o alternar periodos de actividad y descanso para simplificar nuestro día a día.
  • Terapia física, para poder caminar o realizar tareas cotidianas sin agotarnos tanto y para realizar unas rutinas de ejercicio regular.
  • Terapia psicológica, que puede ir desde gestión del estrés, ejercicios de relajación o participación en grupos de apoyo hasta intervención psicoterapéutica.
  • Regulación del sueño, que puede estar relacionado con el tratamiento de otros síntomas de la EM como la espasticidad o la incontinencia.