Cómo compaginar la maternidad con la esclerosis múltiple

Ser madre es un reto para cualquier mujer, pero si se convive con esclerosis múltiple, los obstáculos que deben superarse pueden ser mayores. La enfermedad no debe suponer un inconveniente para tener hijos: vencer las dificultades que ocasiona la EM es posible.

Para una mujer con esclerosis múltiple, el embarazo suele suponer un período de estabilidad, ya que es muy raro sufrir un brote durante la gestación. Sin embargo, algunos síntomas de la enfermedad pueden empeorar; se trata de aquellos síntomas que aparecen con frecuencia en cualquier mujer embarazada (fatiga, inestabilidad de la marcha, urgencia miccional, etc.) y que pueden agravarse en las mujeres que sufren EM.

Después del parto, es posible sufrir una recaída o brote de la enfermedad, especialmente durante los primeros seis meses.

Por ello, es muy importante disponer de un buen apoyo familiar, ya que puede tratarse de un momento delicado y/o complicado para la madre y el recién nacido. Algunos síntomas de la enfermedad también pueden interferir en el cuidado del bebé. Por ejemplo, la fatiga y la falta de energía (muy comunes en la EM) pueden agravar el cansancio propio de los nuevos padres. De la misma manera, un síntoma tan frecuente como el entumecimiento puede dificultar actividades básicas para el cuidado del bebé como la lactancia materna o los baños.
Por ello, una buena planificación del embarazo y disponer del apoyo y la ayuda de personas cercanas (pareja, familiares y amigos) es indispensable, ya que muchas veces el presupuesto familiar no contempla la posibilidad de contratar a profesionales que cuiden de los hijos.

Consejos a seguir por las mujeres con esclerosis múltiple para disfrutar de la maternidad cuando empeoran los síntomas

  • Descansar a menudo. La fatiga es un síntoma muy habitual en las personas con EM y, a la vez, un signo casi universal en los padres que empiezan a cuidar de un recién nacido. Por eso, una madre con esclerosis múltiple debe vigilar de descansar a menudo y gestionar las fuerzas.
  • Hablar con el neurólogo. En el caso de que los síntomas empeoren, es importante consultar al neurólogo lo antes posible. Éste puede indicar algún tipo de tratamiento que ayude a controlar mejor los síntomas de la enfermedad.
  • Consultar al médico sobre la lactancia materna. La lactancia materna no está contraindicada en las mujeres con EM. Sin embargo, la mayoría de los tratamientos para la enfermedad están contraindicados durante este período. El neurólogo ayudará a valorar la mejor opción para cada caso particular: amamantar al niño o desestimar la lactancia materna e iniciar el tratamiento modificador de la enfermedad lo antes posible.
  • Reconocer las propias limitaciones y pedir ayuda siempre que se necesite. Las madres con esclerosis múltiple siempre deben ser conscientes de sus limitaciones y pedir apoyo a otras personas sin ningún tipo de miedo.


Enlace al documento original:

Moms With Multiple Sclerosis. Everyday Health Media, 2012 [acceso: 14 de enero de 2014]. Disponible en: http://www.everydayhealth.com/multiple-sclerosis/…

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