Alejandro Romero: “Todos necesitamos un psicólogo en nuestra vida, tengas o no EM”
Tiene 39 años y le diagnosticaron hace casi 2 años. De la noche a la mañana pasó a andar con taca-taca y a no poder valerse por sí mismo. Gracias al tratamiento y a la rehabilitación, hoy Alejandro camina bien y puede llevar una vida prácticamente normal.
– ¿Cuándo te diagnostican?
El 8 de enero del 2021. En Navidad noté que no tenía control sobre toda la mitad derecha de mi cuerpo. Me caía y no podía hacer nada. En ese momento tenía una muela picada y creía que era eso.
Yo era algo antimédicos y mi mujer me presionó para que fuera. Fui al hospital y, cuando ingresé, vino una neuróloga y ya lo vio. Me dijo que o tenía meningitis o esclerosis múltiple. Me hicieron las pruebas y al día siguiente…
– ¿Qué?
Vino un neurólogo y me dijo: “buenas noticias: ha salido negativo en meningitis”. Después me hicieron resonancias magnéticas y vieron las lesiones que tenía en el cerebro y en la médula espinal. Estuve una semana ingresado. Un día vino una neuróloga y me dijo que tenía esclerosis múltiple.
– ¿Y?
Me dieron un informe, estaba solo, no sabía lo que era la esclerosis múltiple y ella no me lo explicó muy bien, así que me fui tan ancho.
Al cabo de unos días, como no mejoraba, y caminaba con taca-taca, volví a urgencias. El médico que me atendió llamó a la neuróloga, ¡que encima me regañó por haber vuelto! Ahora todo esto ya es agua pasada, porque tengo una neuróloga que me entiende muy bien.
– Con tan poca información sobre la EM, ¿buscaste en el “doctor Google”?
Muy poco. Gracias a la desinformación, el impacto no fue tan fuerte. Yo me fui del hospital pensando que no pasaba nada, aunque había tenido un brote brutal y no podía andar.
Gracias a la desinformación, el impacto no fue tan fuerte. Yo me fui del hospital pensando que no pasaba nada, aunque había tenido un brote brutal y no podía andar.
– Hoy caminas bien.
Sí, después del brote hice rehabilitación durante 3 meses y me fue genial. Aún tengo el caminar un poquito alterado, pero estoy bien.
A veces me desestabilizo, pero no tanto como lo hacía antes. Además, la medicación que tomo me va muy bien e incluso está revirtiendo las lesiones que tenía.
– ¿Estuviste de baja?
Un año y medio.
– ¿De qué trabajas?
Soy técnico informático de telecomunicaciones. Antes del diagnóstico, trabajaba para un proyecto de Telefónica de una gran empresa y me movía mucho, iba de aquí para allá con la mochila.
– ¿Y ahora necesitas algo más sedentario?
Exacto. En el transcurso de la baja el proyecto terminó, pero la empresa me dijo que estuviera tranquilo.
– ¿La empresa se portó bien?
Muy bien. Después de un año y medio, cuando me encontraba mejor, la empresa me puso en un proyecto de Telefónica para ser técnico de informática en temas de apoyo dentro de Telefónica. Y eso es lo que buscaba: un sitio con horario flexible y tranquilo. Incluso me llamaron y me dijeron que les dijera lo que necesitaba para adaptarme el puesto de trabajo.
Eso es lo que buscaba: un sitio con horario flexible y tranquilo. Incluso me llamaron y me dijeron que les dijera lo que necesitaba para adaptarme el puesto de trabajo.
– Por tanto, ¿tú a la empresa le dijiste que tenías EM?
Sí, no quiero esconderlo.
– ¿Sabías que tu empresa reaccionaría bien?
No lo sabía.
– ¿En tu entorno también lo has contado?
Sí. Tengo a mi mejor amigo, que es amigo de una persona que también tiene esclerosis múltiple, y que también es amiga mía, Montse Quílez. Cuando le dije a mi amigo que tenía EM se puso a llorar, porque pensaba que acabaría en silla de ruedas como nuestra amiga Montse, pero cada uno es diferente. La EM es la enfermedad de las mil caras.
– ¿Te fue bien conocer a alguien con esclerosis múltiple?
Sí, hablé con Montse después del diagnóstico y, además, en el hospital me pusieron en una terapia de grupo con neuropsicólogos.
– ¿Y qué tal?
A mí me fue bien. En el grupo todo eran mujeres y vi cómo algunas de ellas lo pasaban mal. Ahora quiero ayudar a otras personas con EM, porque yo considero que estoy bien psicológicamente, pero hay personas a las que se les cae el mundo encima.
– ¿Cómo has superado el diagnóstico?
Al principio, a mí también me costó, pero mi mujer me ha ayudado mucho y sobre todo lo he superado también con ayuda profesional. Ir a la psicóloga me ha ayudado. Mi psicóloga tiene a su suegro con esclerosis múltiple y entiende la enfermedad. También hemos hecho terapia de pareja.
– Hay gente que es reacia a hacer terapia psicológica.
Todos necesitamos un psicólogo en nuestra vida, tengas o no EM. La terapia te ayuda muchísimo.
Todos necesitamos un psicólogo en nuestra vida, tengas o no EM. La terapia te ayuda muchísimo.
– ¿Cómo ha cambiado tu vida después del diagnóstico?
Puedo llevar vida prácticamente normal. No tengo dolor ni fatiga. Lo único que me ha quedado es un hormigueo en las puntas de los dedos, pero me he adaptado.
– ¿Haces deporte?
Yo soy mucho de andar. Tengo una aplicación que te dan puntos y te pagan por andar. Es un reto y eso me motiva.
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