Consejos para cuidar las articulaciones y los huesos con esclerosis múltiple

La osteoporosis y la debilidad ósea son algunos de los síntomas invisibles de la esclerosis múltiple. Aunque puede ser que no perciban ningún problema, las personas con EM tienen un mayor riesgo de desarrollar este tipo de enfermedad que adelgaza los huesos y acentúa su fragilidad.

En concreto, la osteoporosis debilita la estructura interna de los huesos sin llegar a producir dolor. Sin embargo, sí que aumenta la posibilidad de fractura o rotura ósea tras caídas o accidentes leves. Además, existen otros síntomas de la esclerosis múltiple que favorecen el riesgo de caída, como la fatiga, los problemas de visión, de movilidad o de equilibrio. De esta manera, la exposición a lesiones es más importante.

En el caso de las mujeres, esta fragilidad es más frecuente después de la menopausia, cuando los cambios hormonales ralentizan el ritmo al que se reparan los huesos.

A pesar de todo lo anterior, se puede proteger los huesos e intentar mantenerlos sanos con algunas acciones concretas.

Consejos para fortalecer los huesos

Aunque la esclerosis múltiple sea un factor de riesgo para experimentar osteoporosis, existen una serie de hábitos que pueden ser útiles para mantener los huesos fuertes y prevenir posibles lesiones.

1. Hacer ejercicio regularmente

La práctica regular y moderada de ejercicio físico con pesas o de resistencia ayuda a mantener los huesos fuertes. Algunos ejemplos pueden ser las sentadillas, las flexiones o el uso de máquinas de musculación. Además, las actividades centradas en el equilibrio y la coordinación son muy útiles para mejorar la estabilidad central y evitar caídas.

Una buena manera de seguir una rutina físicamente activa es asistir a clases dirigidas de gimnasia o pilates, puesto que puede ser más divertido o motivador. Aun así, actividades cotidianas como trabajar en el jardín, salir a caminar o bailar también suponen una buena dosis de ejercicio físico. Sin embargo, es mejor evitar otras prácticas como la natación o el ciclismo.

Ante problemas de movilidad, es recomendable consultar a un profesional de la fisioterapia para que elabore un plan de ejercicio adecuado a las posibilidades de cada uno.

2. Seguir una dieta equilibrada y rica en calcio

Una buena alimentación es fundamental para la salud en general, pero cumplir con la ingesta necesaria de calcio es vital para mantener una buena densidad ósea. Además de fortalecer los huesos y los dientes, este mineral también contribuye al buen funcionamiento de los músculos y los nervios.

En general, la cantidad de calcio apropiada para personas de entre 25 y 65 años es de entre 700 y 1.000 milígramos. En el caso de las mujeres de más de 50 años y del resto de adultos mayores de 70, puede llegar hasta los 1.200.

Para obtener estos beneficios, se puede incluir en la dieta alimentos como:

• Verduras de hoja verde, como brócoli o col.
• Habas o bebidas de soja.
• Frutos secos y semillas
• Leche, queso, yogur y otros lácteos bajos en grasa.

3. Exposición al sol y vitamina D

Para ayudar al organismo a absorber correctamente el calcio, es fundamental obtener una cantidad idónea de vitamina D. Principalmente, esta sustancia se obtiene del contacto de la luz solar con la piel y, en general, basta con exponer la cara y los brazos al sol entre 5 y 15 minutos al día para asimilar la cantidad necesaria.

Además, también se pueden obtener pequeñas cantidades de vitamina D de algunos alimentos, como el pescado azul, los huevos o los cereales.

En cuanto a cantidades, generalmente se recomienda el consumo de entre 400 y 800 UI al día, o lo que es lo mismo entre 180 mg y 360 mg. Para alcanzar estos niveles, se puede combinar la exposición solar y la ingesta de los alimentos mencionados. Si no fuera suficiente, siempre se puede optar por suplementos específicos bajo el consejo del profesional sanitario de referencia.

4. Evitar malos hábitos

El tabaquismo altera los procesos de formación de hueso sano y se asocia a un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis. Esto, junto al resto de síntomas de la EM, puede acentuar el impacto sobre la masa ósea. Por eso, se recomienda encarecidamente a las personas con esclerosis múltiple dejar de fumar o reducir el consumo de tabaco al mínimo posible.

De la misma manera, también es aconsejable reducir la ingesta de alcohol, puesto que puede interferir en las hormonas y alterar la capacidad de absorción del calcio de los alimentos. Además, un consumo elevado también puede aumentar el riesgo de caídas.

Ambos hábitos pueden reducirse de forma autónoma o siguiendo los planes de deshabituación que puede proporcionar los profesionales de la salud de referencia.

5. Prevenir las caídas

Más allá de velar por el fortalecimiento de los huesos, también es importante reducir al mínimo el riesgo de caídas para evitar posibles lesiones óseas. En este sentido, se pueden tomar medidas sencillas tanto en el hogar como en el espacio de trabajo. Entre ellas, recoger cables para que no se arrastren, quitar alfombras o elementos resbaladizos o recolocar muebles bajos para alejarlos de las zonas de paso.

Adicionalmente, en casos de dificultades de movilidad, también se pueden colocar barandillas en lugares estratégicos para facilitar los desplazamientos seguros.

Cuidar los huesos es más sencillo de lo que parece y los beneficios que tiene repercuten de forma notoria en la calidad de vida de las personas con esclerosis múltiple.

Referencias:

• Healthy bones. Multiple Sclerosis Trust. Disponible en: https://mstrust.org.uk/news/expert/healthy-bones
• What is the link between MS and osteoporosis? Medical News Today. Disponible en: https://www.medicalnewstoday.com/articles/link-between-ms-and-osteoporosis
• Osteoporosis and MS. Multiple Sclerosis Trust. Disponible en: https://mstrust.org.uk/a-z/osteoporosis#risk